Por Gabriel Oviedo – Paraná (Enviado SentidoG.com)

Con la presencia de organizaciones LGTB, entre quienes se encontraban la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), la Comunidad Homosexual Entrerriana (CHER), la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGTB) y representantes de la sede local el INADI, la Convención Constituyente de Entre Ríos rechazó incluir la Unión Civil para personas del mismo sexo en la reforma de la Carta Magna por 25 votos en contra y 18 a favor.
Luego de más de tres horas de debate, y una larga lista de oradores que dejaron sentadas sus posturas, tanto a favor como en contra, ganó la postura de la Iglesia Católica, que ejerció su presión a través de manifestantes, llamados telefónicos a los convencionales y solicitadas en los medios provinciales. "No pueden poner a nuestra comunidad en el mismo rango de los asesinos", dijo Cigliutti que además cuestionó la postura de la Iglesia Cristiana.
El rechazo del proyecto demostró que todavía la iglesia, el fundamentalismo religioso, tienen mucho peso en una sociedad de Entre Ríos. Ocurre que el arzobispo de Paraná, Mario Maulión hizo un fuerte lobby en los convencionales entrerrianos, para que el proyecto no fuera aprobado.
Maulión justificó su pedido en que la postura de las iglesias cristianas contra la unión civil apunta al "bien común de nuestra provincia".
Al justificar la elaboración de un documento bajo el título ¿Unión civil del mismo sexo en la Constitución entrerriana?, y su posterior difusión, dijo que se lo hizo al sólo efecto de que "los convencionales conozcan el pensamiento de las iglesias cristianas en algo que afecta no solamente como iglesia sino como sociedad". (Ver “Estamos muy desilusionados”)
Los representantes de los grupos de defensa de los derechos homosexuales, abandonaron el recinto al grito de “Igualdad, Igualdad”.

El debate
Raúl Barrandeguy, de FJpV, y presidente de la comisión Nuevos Derechos y Garantías, comenzó el debate, diciendo que “esta Convención ha sido la Convención del humanismo”, y dijo que “no propone ninguna moral sexual”. En el mismo sentido, Griselda De Paoli, de la UCR, señaló que “el gobierno no puede garantizar un derecho para unos y para otros no. Discriminar significa negar al otro” entendió, y lo que se pretende es el “desarrollo de una sociedad más tolerante”. Desde la CC, Américo Schvartzman también defendió el dictamen. Habló de “igualdad jurídica” y nombró Constituciones que incorporan este derecho.
En contraria posición, Zulema Schoenfeld, de FJpV, no coincidió con los convencionales pre opinantes. “No vengo a manifestar discriminación, no tengo prejuicios”, expresó, y aclaró luego que “estoy convencida que este tema no amerita ser contemplado en el texto constitucional”. Asimismo, solicitó el archivo del dictamen. Juan Carlos Arralde, de la UCR, indicó que el texto “limita lo que quiere garantizar”, y manifestó que “no tenemos competencia” para la materia en el marco de la Constitución provincial.
Augusto Alasino, de Viva Entre Ríos (VER), apuntó a la no discriminación. “Comparto la idea pero me surgen dudas del texto” refirió, “si este proyecto dijera de qué está hablando claramente, es perfectamente razonable” dijo, para luego proponer un cambio en el despacho.
Nelio Calza, de FJpV, definió el texto como “un avance en la conquista de derechos civiles de minorías”. Si bien planteó algunas dudas desde el punto de vista jurídico, adelantó su voto afirmativo. “No nos perjudica en absoluto que cada uno pueda elegir su opción”, concluyó.
Desde Viva Entre Ríos, Hermo Pesuto sostuvo que no es una materia de regulación provincial sino nacional. Hizo hincapié en lo jurídico, “no nos metemos en el tema de moral”. “No me anima una cuestión confesional”, aclaró seguidamente, para decir que el tema “excede nuestras creencias”. “La cuestión pasa por la competencia de nuestra Constitución provincial para regular esta materia” reiteró. Pesuto desmenuzó el texto y refutó los enunciados.
Más posturas
“Estamos hablando de equidad” asestó Celeste Pérez, de FJpV. “Estamos haciendo un bien, estamos poniendo en valor relaciones, estamos diciéndole a la sociedad que estamos hablando de decisiones diferentes”.
“Está a la altura de la época” y “tiene un profundo contenido humano” argumentó Santiago Reggiardo, de CC, a favor del dictamen de mayoría. Por su parte, Julio Federik, de FJpV, apuntó que no se invade el ámbito nacional, y que “esta norma está basada en la justicia, la equidad y la realidad”.
Martín Acevedo Miño, de Recrear, manifestó que “es una materia que no corresponde legislar a las provincias, y no debe adquirir linaje constitucional”, por lo que rechazó el texto de la mayoría.
El radical Fabián Rogel, aclaró en primer lugar que el proyecto está habilitado. Seguidamente realizó críticas a la Iglesia, y afirmó que “hay una necesidad y hay que reconocerla”. Con este texto “se busca reconocer al otro”, indicó. Por su parte, y también de la UCR, Luis Brasesco solicitó abstenerse de votar, y el lunes presentará a la presidencia del cuerpo reformador sus argumentos.
Miguel Carlín, de la bancada mayoritaria, sugirió girar el tema a la Oficina de Sugerencias Ciudadanas. En tanto, nuevamente el titular de la comisión de que la que emanó el texto, Raúl Barrandeguy, aceptó una modificación al mismo.
La votación final dio por resultado que 25 convencionales votaron negativamente, mientras que 18 votos fueron afirmativos.



Con la presencia de organizaciones LGTB, entre quienes se encontraban la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), la Comunidad Homosexual Entrerriana (CHER), la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGTB) y representantes de la sede local el INADI, la Convención Constituyente de Entre Ríos rechazó incluir la Unión Civil para personas del mismo sexo en la reforma de la Carta Magna por 25 votos en contra y 18 a favor.
Luego de más de tres horas de debate, y una larga lista de oradores que dejaron sentadas sus posturas, tanto a favor como en contra, ganó la postura de la Iglesia Católica, que ejerció su presión a través de manifestantes, llamados telefónicos a los convencionales y solicitadas en los medios provinciales. "No pueden poner a nuestra comunidad en el mismo rango de los asesinos", dijo Cigliutti que además cuestionó la postura de la Iglesia Cristiana.
El rechazo del proyecto demostró que todavía la iglesia, el fundamentalismo religioso, tienen mucho peso en una sociedad de Entre Ríos. Ocurre que el arzobispo de Paraná, Mario Maulión hizo un fuerte lobby en los convencionales entrerrianos, para que el proyecto no fuera aprobado.
Maulión justificó su pedido en que la postura de las iglesias cristianas contra la unión civil apunta al "bien común de nuestra provincia".
Al justificar la elaboración de un documento bajo el título ¿Unión civil del mismo sexo en la Constitución entrerriana?, y su posterior difusión, dijo que se lo hizo al sólo efecto de que "los convencionales conozcan el pensamiento de las iglesias cristianas en algo que afecta no solamente como iglesia sino como sociedad". (Ver “Estamos muy desilusionados”)
Los representantes de los grupos de defensa de los derechos homosexuales, abandonaron el recinto al grito de “Igualdad, Igualdad”.
El debate
Raúl Barrandeguy, de FJpV, y presidente de la comisión Nuevos Derechos y Garantías, comenzó el debate, diciendo que “esta Convención ha sido la Convención del humanismo”, y dijo que “no propone ninguna moral sexual”. En el mismo sentido, Griselda De Paoli, de la UCR, señaló que “el gobierno no puede garantizar un derecho para unos y para otros no. Discriminar significa negar al otro” entendió, y lo que se pretende es el “desarrollo de una sociedad más tolerante”. Desde la CC, Américo Schvartzman también defendió el dictamen. Habló de “igualdad jurídica” y nombró Constituciones que incorporan este derecho.
En contraria posición, Zulema Schoenfeld, de FJpV, no coincidió con los convencionales pre opinantes. “No vengo a manifestar discriminación, no tengo prejuicios”, expresó, y aclaró luego que “estoy convencida que este tema no amerita ser contemplado en el texto constitucional”. Asimismo, solicitó el archivo del dictamen. Juan Carlos Arralde, de la UCR, indicó que el texto “limita lo que quiere garantizar”, y manifestó que “no tenemos competencia” para la materia en el marco de la Constitución provincial.
Augusto Alasino, de Viva Entre Ríos (VER), apuntó a la no discriminación. “Comparto la idea pero me surgen dudas del texto” refirió, “si este proyecto dijera de qué está hablando claramente, es perfectamente razonable” dijo, para luego proponer un cambio en el despacho.
Nelio Calza, de FJpV, definió el texto como “un avance en la conquista de derechos civiles de minorías”. Si bien planteó algunas dudas desde el punto de vista jurídico, adelantó su voto afirmativo. “No nos perjudica en absoluto que cada uno pueda elegir su opción”, concluyó.
Desde Viva Entre Ríos, Hermo Pesuto sostuvo que no es una materia de regulación provincial sino nacional. Hizo hincapié en lo jurídico, “no nos metemos en el tema de moral”. “No me anima una cuestión confesional”, aclaró seguidamente, para decir que el tema “excede nuestras creencias”. “La cuestión pasa por la competencia de nuestra Constitución provincial para regular esta materia” reiteró. Pesuto desmenuzó el texto y refutó los enunciados.
Más posturas
“Estamos hablando de equidad” asestó Celeste Pérez, de FJpV. “Estamos haciendo un bien, estamos poniendo en valor relaciones, estamos diciéndole a la sociedad que estamos hablando de decisiones diferentes”.
“Está a la altura de la época” y “tiene un profundo contenido humano” argumentó Santiago Reggiardo, de CC, a favor del dictamen de mayoría. Por su parte, Julio Federik, de FJpV, apuntó que no se invade el ámbito nacional, y que “esta norma está basada en la justicia, la equidad y la realidad”.
Martín Acevedo Miño, de Recrear, manifestó que “es una materia que no corresponde legislar a las provincias, y no debe adquirir linaje constitucional”, por lo que rechazó el texto de la mayoría.
El radical Fabián Rogel, aclaró en primer lugar que el proyecto está habilitado. Seguidamente realizó críticas a la Iglesia, y afirmó que “hay una necesidad y hay que reconocerla”. Con este texto “se busca reconocer al otro”, indicó. Por su parte, y también de la UCR, Luis Brasesco solicitó abstenerse de votar, y el lunes presentará a la presidencia del cuerpo reformador sus argumentos.
Miguel Carlín, de la bancada mayoritaria, sugirió girar el tema a la Oficina de Sugerencias Ciudadanas. En tanto, nuevamente el titular de la comisión de que la que emanó el texto, Raúl Barrandeguy, aceptó una modificación al mismo.
La votación final dio por resultado que 25 convencionales votaron negativamente, mientras que 18 votos fueron afirmativos.










