Cerca de m il 60 participantes competidores en Beijing tenían orientación sexual distinta a la heterosexual; prueba de ello quedó resguardada en los programas morbosos de televisión que juzgaban las escenas de situaciones afectivas de gays y lesbianas.
Luego de 15 días de apreciar a los mejores atletas del mundo en diferentes actividades, debemos mencionar que el show ganó a la transmisión del deporte; si bien un poco de humor para soportar la inconsistencia de los comentaristas tampoco es del todo grato ver a Eugenio Derbez y Omar Chaparro ridiculizar la imagen homosexual.
Creo que en las emisiones pasadas de Juegos Olímpicos (JO), de las que tengo plena conciencia, no había visto una mezcla tan extraña de aspectos artísticos, deportivos y sexuales. Destaco éstos últimos, porque sin duda la homosexualidad y lesbianismo estuvieron a la orden del día en aspectos loables y otros lamentables.
Si bien en Atenas hubo 11 atletas fuera del closet, mientras que en Sydney siete, estos Juegos Olímpicos no importó quien se declarará o no abiertamente homosexual; las muestras de afecto, besos, abrazos, lagrimas caricias, fueron cruciales para que el pertenecer al colectivo LGBT mundial no fuera cuestión de asombro.
Las palmas iniciales en los JO Beijing 2008 se las llevó el espectáculo y la parafernalia encuadrados en la inauguración, detrás de ellos los 10 atletas que llegaron las justas declarados abiertamente homosexuales, situación que les permitió destacar más su trabajo en el deporte que lo que hacen en sus camas.
Si bien son abiertamente reconocidos 10, debemos destacar que es el 10 por ciento (mil 60 participantes) de los competidores tienen una orientación sexual distinta a la heterosexual; pruebas de ello han quedado resguardadas en los programas morbosos de televisión que juzgando pasaban escenas de situaciones afectivas de gays y lesbianas.
Detrás esta mofa mediática es rescatable saber que ni gays ni lesbianas se sienten con la obligación de decir “SOY GAY” simplemente fueron libres de mostrar su afecto por compañeros de carrera tal es el caso de todas las lesbianas, Gro Hammerseng, la jugadora noruega más importante de handball, novia de sus compañera de equipo Katja Nyberg.
Por mencionar a dos bellas, que sin decir “soy lesbiana” dejaron ver sus muestras de cariño durante sus competencias.
Clavados, fútbol, handball, clavado, gimnasia, lanzamiento de jabalina, tenis y los deportes que se me escapen tuvieron momento tiernos y llenos de talento por parte de todos y cada uno de los deportistas que ya no temen a ser visto en televisión mundial de la mano de su pareja del mismo sexo.
La cultura y el arte de China quedó impregnada en todos los televidentes, lectores y radioescuchas del mundo; masajes, danzas, teatro, ruinas, comida, manufactura, y tradiciones lograron llegar a diferentes niveles a quienes siguieron este evento.
Luego de 15 días de apreciar a los mejores atletas del mundo en diferentes actividades, debemos mencionar que el show ganó a la transmisión del deporte; si bien un poco de humor para soportar la inconsistencia de los comentaristas tampoco es del todo grato ver a Eugenio Derbez y Omar Chaparro ridiculizar la imagen homosexual. Creo que en las emisiones pasadas de Juegos Olímpicos (JO), de las que tengo plena conciencia, no había visto una mezcla tan extraña de aspectos artísticos, deportivos y sexuales. Destaco éstos últimos, porque sin duda la homosexualidad y lesbianismo estuvieron a la orden del día en aspectos loables y otros lamentables.
Si bien en Atenas hubo 11 atletas fuera del closet, mientras que en Sydney siete, estos Juegos Olímpicos no importó quien se declarará o no abiertamente homosexual; las muestras de afecto, besos, abrazos, lagrimas caricias, fueron cruciales para que el pertenecer al colectivo LGBT mundial no fuera cuestión de asombro.
Las palmas iniciales en los JO Beijing 2008 se las llevó el espectáculo y la parafernalia encuadrados en la inauguración, detrás de ellos los 10 atletas que llegaron las justas declarados abiertamente homosexuales, situación que les permitió destacar más su trabajo en el deporte que lo que hacen en sus camas.
Si bien son abiertamente reconocidos 10, debemos destacar que es el 10 por ciento (mil 60 participantes) de los competidores tienen una orientación sexual distinta a la heterosexual; pruebas de ello han quedado resguardadas en los programas morbosos de televisión que juzgando pasaban escenas de situaciones afectivas de gays y lesbianas.
Detrás esta mofa mediática es rescatable saber que ni gays ni lesbianas se sienten con la obligación de decir “SOY GAY” simplemente fueron libres de mostrar su afecto por compañeros de carrera tal es el caso de todas las lesbianas, Gro Hammerseng, la jugadora noruega más importante de handball, novia de sus compañera de equipo Katja Nyberg.
Por mencionar a dos bellas, que sin decir “soy lesbiana” dejaron ver sus muestras de cariño durante sus competencias.
Clavados, fútbol, handball, clavado, gimnasia, lanzamiento de jabalina, tenis y los deportes que se me escapen tuvieron momento tiernos y llenos de talento por parte de todos y cada uno de los deportistas que ya no temen a ser visto en televisión mundial de la mano de su pareja del mismo sexo.
La cultura y el arte de China quedó impregnada en todos los televidentes, lectores y radioescuchas del mundo; masajes, danzas, teatro, ruinas, comida, manufactura, y tradiciones lograron llegar a diferentes niveles a quienes siguieron este evento.










