Las administraciones públicas han financiado un año más la marcha del orgullo gay, pero mantienen las ayudas familiares más bajas de Europa y mantiene un serio déficit en las ayudas a la maternidad

REDACCIÓN HO, LUIS LOSADA PESCADOR (ALBA).- El pasado 5 de julio se celebró la XXX Marcha del Orgullo Gay en Madrid. Actuaron 100 artistas y hubo un festival de cine lésbico. Este año, la marcha estuvo centrada en la visibilidad de las lesbianas. “Lesbiana con ‘V’ de visibilidad” fue el lema. Tras la salida del armario de los homosexuales, ahora es el turno de las lesbianas. Para “acabar con el heteropatriarcado”, señalan.
Además, el siguiente paso es romper los guetos ‘rosas’: salir de Chueca “y no tener que escondernos en público o en el trabajo”. No sólo eso, sino que la Asociación de Familias Lésbicas y Gays pretenden que la realidad homosexual esté omnipresente: “hasta en los problemas de matemáticas”. Omnipresencia homosexual para contrarrestar el supuesto ‘heteropatriarcado’. Toda una rebelión contra la naturaleza de factura siempre incierta.
Lo más sorprendente es que esta marcha de dudoso ‘orgullo’ reciba ingente financiación de las administraciones públicas mientras que las ayudas públicas a las familias son las más bajas de Europa. Tampoco existe un desarrollo de una red social de apoyo a la madre gestante como existen en otros países. Y eso, a pesar de que el decreto que desarrolla la Ley del Aborto señala que las mujeres deben de tener acceso a alternativas reales al aborto.
Desde el ministerio de Sanidad se informa a ALBA que existe una red de recursos de apoyo a las madres que quieran seguir adelante. Pero tal red no existe. Más bien ha sido creada a golpe de esfuerzo y voluntarismo por la sociedad civil. En www.embarazoinesperado.es, por ejemplo, se recogen las principales asociaciones que apoyan a la mujer embarazada en toda España.
Más allá de la recopilación de recursos existentes, las ayudas a las embarazadas con riesgo de exclusión social es desarrollada básicamente por asociaciones sociales formadas mayoritariamente por voluntarios. Es el caso de Rosa Martínez, vicepresidenta de ADEVIDA y voluntaria de esta asociación desde hace 30 años. “Nunca he recibido un euro por mi trabajo”, señala. No obstante, dedica sus esfuerzos, inteligencia y capacidades día y noche en ayudar a las madres embarazadas con problemas. “Siempre les decimos que vengan, que las queremos”, señala.

REDACCIÓN HO, LUIS LOSADA PESCADOR (ALBA).- El pasado 5 de julio se celebró la XXX Marcha del Orgullo Gay en Madrid. Actuaron 100 artistas y hubo un festival de cine lésbico. Este año, la marcha estuvo centrada en la visibilidad de las lesbianas. “Lesbiana con ‘V’ de visibilidad” fue el lema. Tras la salida del armario de los homosexuales, ahora es el turno de las lesbianas. Para “acabar con el heteropatriarcado”, señalan.
Además, el siguiente paso es romper los guetos ‘rosas’: salir de Chueca “y no tener que escondernos en público o en el trabajo”. No sólo eso, sino que la Asociación de Familias Lésbicas y Gays pretenden que la realidad homosexual esté omnipresente: “hasta en los problemas de matemáticas”. Omnipresencia homosexual para contrarrestar el supuesto ‘heteropatriarcado’. Toda una rebelión contra la naturaleza de factura siempre incierta.
Lo más sorprendente es que esta marcha de dudoso ‘orgullo’ reciba ingente financiación de las administraciones públicas mientras que las ayudas públicas a las familias son las más bajas de Europa. Tampoco existe un desarrollo de una red social de apoyo a la madre gestante como existen en otros países. Y eso, a pesar de que el decreto que desarrolla la Ley del Aborto señala que las mujeres deben de tener acceso a alternativas reales al aborto.
Desde el ministerio de Sanidad se informa a ALBA que existe una red de recursos de apoyo a las madres que quieran seguir adelante. Pero tal red no existe. Más bien ha sido creada a golpe de esfuerzo y voluntarismo por la sociedad civil. En www.embarazoinesperado.es, por ejemplo, se recogen las principales asociaciones que apoyan a la mujer embarazada en toda España.
Más allá de la recopilación de recursos existentes, las ayudas a las embarazadas con riesgo de exclusión social es desarrollada básicamente por asociaciones sociales formadas mayoritariamente por voluntarios. Es el caso de Rosa Martínez, vicepresidenta de ADEVIDA y voluntaria de esta asociación desde hace 30 años. “Nunca he recibido un euro por mi trabajo”, señala. No obstante, dedica sus esfuerzos, inteligencia y capacidades día y noche en ayudar a las madres embarazadas con problemas. “Siempre les decimos que vengan, que las queremos”, señala.










