La Comunión Anglicana se ha convertido en un campo de batalla. Un hombre melenudo, con una camiseta negra que tenía escrito «Triunfo» en el pecho, se levantó en medio de la ceremonia del domingo en un templo de Londres y llamó hereje al celebrante, el primer arzobispo anglicano manifiestamente homosexual, el estadounidense Gene Robinson. Entonces, la congregación intentó acallar la protesta con aplausos; luego se puso en pie y cantó un himno.
Robinson, arzobispo de New Hampshire, se ha presentado en Inglaterra para plantar cara. Cuenta con el apoyo del actor gay Ian McEllen, el Gandalf de «El Señor de los Anillos», con quien ayer presenció el estreno de «Pues la Biblia así me lo dice», un documental estadounidense que casa Biblia y homosexualidad.
La ordenación de Robinson en 2003 en el seno de la Iglesia Espiscopaliana (denominación de los anglicanos en EE.UU.) abrió un amplio debate sobre la homosexualidad en la Comunión Anglicana, que ha desembocado en el cisma que ya se está produciendo.
Mañana comienza la Conferencia de Lambeth, la cita que cada diez años celebran los 880 obispos anglicanos de todo el mundo. Robinson no ha sido invitado por Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, el primado de la Iglesia de Inglaterra, para evitar que la cuestión de la homosexualidad centre los debates. Con todo, un cuarto del espiscopado anglicano mundial ha boicoteado la reunión, en lo que es visto como el germen de una escisión dentro de esta confesión, liderada por las diócesis de países del Tercer Mundo, contrarias a bendecir la práctica homosexual. Por su parte, la propia Iglesia de Inglaterra acude dividida tras aprobar la pasada semana la ordenación de mujeres obispos.
Pero Robinson no se ha querido quedar en casa, sino que este fin de semana se ha trasladado a Londres y ha anunciado que los próximos días estará en Canterbury para, desde fuera de las reuniones, hacer oír su voz, consciente de que los medios le prestarán toda la atención.
Pobreza y violencia
El domingo acudió la iglesia de Santa María del barrio londinense de Putney. En el sermón, Robinson lamentó que la jerarquía anglicana discuta tanto sobre homosexualidad, cuando lo importante para los cristianos son la pobreza y los apuñalamientos que se están produciendo en Londres. «Qué triste y qué desalentador», exclamó. Entonces, un hombre se levantó y gritó: «¡Debido a herejes como tú. Vuelve a tu iglesia. Arrepiéntete!». El alborotador repitió varias veces esa última expresión, mientras era sacado del templo.
Está prevista la asistencia de sólo 650 obispos a la Conferencia de Lambeth. Alrededor de 230 han decidido boicotearla en rechazo por la nula mano dura del arzobispo de Canterbury con la jerarquía norteamericana.
Robinson, arzobispo de New Hampshire, se ha presentado en Inglaterra para plantar cara. Cuenta con el apoyo del actor gay Ian McEllen, el Gandalf de «El Señor de los Anillos», con quien ayer presenció el estreno de «Pues la Biblia así me lo dice», un documental estadounidense que casa Biblia y homosexualidad.
La ordenación de Robinson en 2003 en el seno de la Iglesia Espiscopaliana (denominación de los anglicanos en EE.UU.) abrió un amplio debate sobre la homosexualidad en la Comunión Anglicana, que ha desembocado en el cisma que ya se está produciendo.
Mañana comienza la Conferencia de Lambeth, la cita que cada diez años celebran los 880 obispos anglicanos de todo el mundo. Robinson no ha sido invitado por Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, el primado de la Iglesia de Inglaterra, para evitar que la cuestión de la homosexualidad centre los debates. Con todo, un cuarto del espiscopado anglicano mundial ha boicoteado la reunión, en lo que es visto como el germen de una escisión dentro de esta confesión, liderada por las diócesis de países del Tercer Mundo, contrarias a bendecir la práctica homosexual. Por su parte, la propia Iglesia de Inglaterra acude dividida tras aprobar la pasada semana la ordenación de mujeres obispos.
Pero Robinson no se ha querido quedar en casa, sino que este fin de semana se ha trasladado a Londres y ha anunciado que los próximos días estará en Canterbury para, desde fuera de las reuniones, hacer oír su voz, consciente de que los medios le prestarán toda la atención.
Pobreza y violencia
El domingo acudió la iglesia de Santa María del barrio londinense de Putney. En el sermón, Robinson lamentó que la jerarquía anglicana discuta tanto sobre homosexualidad, cuando lo importante para los cristianos son la pobreza y los apuñalamientos que se están produciendo en Londres. «Qué triste y qué desalentador», exclamó. Entonces, un hombre se levantó y gritó: «¡Debido a herejes como tú. Vuelve a tu iglesia. Arrepiéntete!». El alborotador repitió varias veces esa última expresión, mientras era sacado del templo.
Está prevista la asistencia de sólo 650 obispos a la Conferencia de Lambeth. Alrededor de 230 han decidido boicotearla en rechazo por la nula mano dura del arzobispo de Canterbury con la jerarquía norteamericana.
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