
S.E por esos años, disfrutaba de lo mejor del circuito gay, contaba con una situación económica que le favorecía el poder visitar y disfrutar de los placeres nocturnos que Santiago ofrecía. Todo funcionaba de acuerdo a lo previsto, llegaba cada viernes por la noche y S.E y su grupo de amigos se disponían a pasar un momento de diversión que sopesará el estrés laboral de la semana.
Aquella noche no parecía distinta a las otras; discotheque, música, alcohol, amigos, hombres y una simpatía y cordialidad que le caracterizaban por encima de los demás. Así fue como en el transcurso de la noche se hizo presente un individuo que se identificó como “Kevin” que, según él provenía de Valdivia, estaba solo en Santiago trabajando, y recién conocía el circuito gay santaguino.
“Kevin” se caracterizó esa noche por lo cordial y amable, incluso se ofreció a pagar “tragos”, contribuyendo así a la juerga nocturna, la noche transcurrió sin problemas, con la música aflorando todos los sentidos y S.E seducido por la “nueva conquista”.
Llegó la hora de marcharse a casa, después de un cóctel de alcohol y música, cuando “Kevin” insinúa la posibilidad de irse junto a S.E a la casa de éste. A lo cual accedió, incluso teniendo a esa fecha la experiencia de un amigo personal quién había muerto tiempo atrás en manos de un delincuente/prostituto en la calle Máximo Humbser (Parque Forestal).
Arribaron a casa, en la cual dormía su compañero de cuarto, no pasando ni 30 minutos cuando “Kevin” reveló su verdadera personalidad, e intimidando de manera violenta y agresiva, incluso, manifestando una condición homofóbica y aludiendo a no ser esta la primera vez que “cagaba a un maricón” procedió a sacar un arma blanca amenazando a S.E con matarlo al instante si no accedía a sus macabros propósitos. Aquel personaje desquiciado y psicópata comenzó a desvalijar el departamento, gritando por dinero y especies de valor, S.E por su parte dejó a la vista su capacidad de racionalidad entablando tímidas conversaciones con su agresor, quién haciendo caso omiso sólo lo violentaba verbalmente.
Sin más remedio que tratar de mantener un equilibrio en la extrema situación vivida, S.E rogó por que su compañero de cuarto no se dejará evidenciar, cosa que no pasó. Ya cerca de las 08:00 de la mañana, después de desvalijar lo que pudo, el delincuente procede a dejar el inmueble, pero no sin antes pedir las llaves del auto de S.E, más aún, éste sería su conductor.
S.E manejó por las calles de providencia con la mente en blanco y sin saber que hacer, siendo insultado una y otra vez por tan despreciable sujeto, el cual pretendía llevar a su victima a una población de la periferia de Santiago con el objetivo de robar el automóvil. S.E no daba crédito a lo sucedido y maldecía la hora en que se dejó embaucar o simplemente seducir por aquel atractivo hombre que se disfrazó de galán horas antes.
Fue así, que en el interminable trayecto se cruzaron por una de las arterias más concurridas de nuestra capital; en Plaza Italia se llevaba a cabo una inusual marcha de alguna agrupación o algo, por lo cual se encontraba un gran contingente de efectivos policiales en el sector, y en un acto poco racional S.E sólo frenó en medio de la calle, llamando la atención de las personas del lugar y policías, increpando ahí a su agresor, gritando que se bajara inmediatamente de su vehículo, a lo que el antisocial no dio crédito, pues más tenía que perder, bajándose del auto y corriendo en dirección desconocida. Obviamente nadie se acercó y S.E sólo se limitó a dar la vuelta, regresar y dar gracias por la pesadilla terminada.
Nunca concretó la denuncia, por miedo y quizás vergüenza de ser criticado por su condición gay, sirviendo sólo de experiencia para nunca más cometer un acto de irresponsabilidad que pudo haber tenido incluso consecuencias fatales.
Fuente: Gay Magazine











La verdad, no es la primera historia de este tipo que conozco, y te diré que tuvo bastante suerte, otros no tuvieron la oportunidad de contarla. Ea un tema muy difícil de manejar, pero abreviando, si querés tener sexo con un desconocido, lo ideal es ir a un hotel, no conozco otra manera de no estar tan indefenso.
ResponderEliminarBESOS
Hola Stanley Kowalski:
ResponderEliminarSi no es la primera, ni lamentablemente, la ultima historia de este tipo que se escuche. Ya que hay mucha gente que es muy "confianzuda" y es muy inocente, las cules caen en estas cosas...
En lo personal "ABORRESCO" los encuentros casules, ya que pase por una situacion muy fea con un "escort" y mi novio. Al tiempo de empesar mi relaion con mi novio, me conto que solia tener encuentros casules todabia con un "escort", gracia a eso tubimos muchas peleas y todabia me sigue molestando terriblemente el solo escuchar sobre encuentros de tal tipo...
Ya que al pasar lo que paso me lastimaron de tal manera que no fui el mismo desde entonces...
Gracias loco por tu comentario.
Hasta pronto.
Bye bye.-