Durante los últimos meses, mientras que el circuito de salidas de los heterosexuales se ha dado por muerto, las noches y los lugares gays parecen estar sobreviviendo, incluso con lugares nuevos que aparecen de tanto en tanto. Y, en algunos casos, hasta se organizan eventos temáticos y todo, con publicidad, disfraces, tragos, etc. Algunos de ellos se planifican con anticipación con el objetivo de conseguir el mejor lugar y la mejor noche.
"Cuando se dio a conocer que la economía iba a dar un vuelco a mediados del año pasado, cuando llegamos al mes de noviembre yo decía que íbamos a tener unos meses complicados", declaró Bob Pontarelli, dueño del bar gay de la ciudad de Chelsea, Barracuda y de Elrmo, el restaurant gay-friendly de la Séptima Avenida, ambos en New York. "Yo anticipaba un invierno muy crudo a nivel económico. Sin embargo, no nos sentimos afectados a nivel porcentual. Es más, en algunos lugares nos está yendo mejor que antes. Lo que a mí me preocupaba no ha sucedido y en realidad nos está yendo bastante bien".
De acuerdo a algunos de sus clientes, la depresión económica ha hecho que sus presupuestos se redirigieran a las salidas y la diversión.
"Por ejemplo, ahora ya no salimos más a cenar afuera pero si salimos a tomar algo", aseguró Christian, un RR.PP de 27 años de edad que se encontraba en Barracuda un viernes a la noche.
Hace 18 años que Michael Formika Jones ha estado promoviendo fiestas de temáticas gays en New York, pero se ha encontrado sin mucho para hacer durante los últimos tres.
"Oh ¡me encanta esta recesión!", exclamó Jones. "Me estoy subiendo al tren de esta crisis económica. Hacía tres años que no organizaba una fiesta realmente grande".
Pero durante los próximos dos meses, Jones ya tiene programados al menos tres eventos. Uno de ellos será en 55 Gansevoort, un restaurant de dos pisos con un loft por encima, además de contar con un bar en el sótano.
"Yo creo que la era de la mano dura de (el ex alcalde de New York) Giuliani ha afectado el negocio de la vida nocturna en esta ciudad. Muchos lugares tuvieron que conformarse con ser el clásico lugar para turistas de sábado por la noche", aseguró Jones. "Ahora con esta recesión, los lugares más grandes están perdiendo dinero los fines de semana, por eso están abriendo sus negocios para eventos organizados por y para los gays que antes no se hacían en estos lugares. No te olvides que, como dice el dicho, una recesión es una vacación para los gays".
"La escena de los bares no ha sido afectada para nada", declaró Andrew Suarez, un mesero de 25 años de edad a quien encontramos comprando en la tienda Bergdorf Goodman Men's un lunes por la tarde. "He salido de copas para festejar mi cumpleaños este fin de semana, eso es algo que nunca voy a dejar de hacer".
Lo que tampoco dejaran de hacer ni él ni sus amigos es salir de compras.
"Definitivamente seguiré saliendo de compras", aclaró Suarez. "Es algo que hay que hacer. No podemos dejar que lo que está sucediendo afecte la manera en que vivimos nuestras vidas. Soy un comprador y la mayoría de mis amigos gays también lo son".
Y claro, con tantas ofertas, hay que aprovechar. Las baratas están en todos lados: rebajas de hasta un 40 por ciento en John Varvatos, de un 50 por ciento en Polo, de un 40 por ciento en Marc Jacobs entre tantas otras.
Por otro lado, según John D'Emilio, profesor de estudios de género en la Universidad de Illinois-Chicago, este parece ser un buen momento para invertir en un emprendimiento dirigido a la comunidad LGBT.
"En los años '70, por primera vez en New York, invertir en un negocio específicamente gay como un bar, una disco o un sauna podía resultar algo atractivo y rentable para un hombre gay porque no debía tratar ni con la policía ni con el crimen organizado", aseguró D’Emilio. "A principios de los años ’70 en New York, habían más bares y saunas gays abriendo que cualquier otro negocio del entretenimiento. La ciudad se encontraba en una crisis económica, pero la comunidad gay estaba fortaleciéndose".
"Y ahora está sucediendo exactamente lo mismo. Yo diría que es algo intrigante, pero no me atrevería a sacar ninguna gran conclusión al respecto", concluyó D’Emilio.
"Creo que ahora salgo más que antes", aseguró Josh Dull de 24 años de edad en el Cake Shop de la calle Ludlow un sábado a la noche. "Crecí en una familia pobre, por eso todo esto a mi no me importa demasiado. Ahora todo el mundo siente lo que yo he sentido toda mi vida".
"Los gays adoramos las recesiones porque odiamos al sistema capitalista el cual de por sí forma parte la normativa hetero-patriarcal en la que vivimos", reflexionó Dull.
"Los gays son las únicas personas que disponen de todo su dinero para gastar…bueno, la mayoría supongo. En mi caso, tengo una deuda de 60 mil dólares con mi Universidad," reconoció el joven. "En todo caso, ya estoy bien jodido".
Fuente: ENEWSPAPER











Me parece una mirada parcial sobre el tema, no creo que en todos los países suceda lo mismo, sin ir mas lejos, aquí, que ya terminan las vacaciones, se empieza a sentir la famosa crisis.
ResponderEliminarBESOS
PD: Cómo hacés para postear varias veces en el mismo día? Yo ya hubiera enloquecido.
la crisis beneficia a todos, desde cierto punto de vista, creo.
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