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12 de mayo de 2009

¿Qué haces mientras tu novio duerme?

4 Comentarios
Estar con el hombre al que amas es sin duda una de las experiencias más gratificantes. Pero nada se compara con tenerlo a tu lado, después de haber hecho el amor. Puedes verlo, imaginarte que compartes con él mundos lejanos. ¿Te ha pasado?

El encantamiento es algo que se da como parte del amor o del gusto por alguien. Y es tal cual como sucede en los cuentos, el otro nos “encanta” y podríamos quedarnos mirándolo sin parar, sin saciarnos, sin cansarnos.

Sin embargo, a veces, en medio de la velocidad de este mundo, que va a mil, resulta difícil quedarse en el otro por un rato, para aprenderlo. O también sucede que lo que queremos es hacer, y hacer, y esa intención de movimiento constante nos arrebata nuevamente la posibilidad de contemplarlo, de mirarlo, de quedarnos en él por un momento. Es entonces cuando el sueño se convierte en aliado, y nos permite aprehender, en silencio, a quien amamos.

Si estás empezando una relación, me entenderás, seguro que has pasado las primeras noches en vela intencionalmente, para mirar a ese hombre que duerme a tu lado y deleitarte con su sueño. Lo miras, y sonríes, como con ganas de tragártelo y aprenderlo de memoria.

Si llevas mucho tiempo con tu novio, seguro te habrás olvidado de colonizar ese territorio que es tuyo, pero que cada vez se le vuelve más ajeno, porque te olvidaste del placer de contemplar. Apréndelo de nuevo, es tuyo.

Seguramente lo que sigue, alguna vez lo sentiste también, como yo…

Él está allí, sobre la cama, quieto, sólo moviéndose lo suficiente para no morirse del todo. Puedo olerlo de los pies a la cabeza, sin parar. Le muerdo el pelo, le beso la barba, me unto del brillo de su cara, complacido, como si se tratara de agua limpia.

Aún duerme, huele a sueño, y me drogo con ese olor a él, que no tiene nadie más. Le robo el sabor de sus manos abiertas; y el de sus pies, que huelen a piedras calientes, como lo describe de manera perfecta El Perfume, porque, sin duda, sus pies huelen a piedras calientes.

Pongo mi cabeza sobre su barriga que sube y baja calientita. La escucho y respiro hondo para cargarme otro poquito de ese olor que me amarra, y que ya identifico como único.

No huele a loción, huele a él, a hombre dormido. Huele a sudor de ayer y de hoy, apenas escapándose de las cobijas que pesan y que le cuidan el sueño. No posa, muere aún, y yo no quiero que se despierte.

Quiero besarle los ojos, poner los míos sobre los suyos para que casen perfecto en lo cóncavo y lo convexo. Quiero besarle la boca, cerrada y seca. Comerme su aliento, el de verdad. Morderle las pestañas con mis labios, para saber a que saben las pestañas de los hombres, de este hombre.

No se mueve, gracias a mi presencia cuidadosa pero ansiosa y hambrienta. Su sueño es pesado y aprovecho para tocarlo todo con mi nariz, despacio, sin despertarlo, quieto, sin poder para correr. Sólo mueve los pies, rozando uno sobre otro, como consintiéndose o guardándose del frío.

Hay silencio, sólo respira, pero este placer me produce ganas de gritarle que se quede, que no se vaya. Es animal, ese disfrute tan simple, ese gozo que produce la presencia básica, sin artificios, sin ropa, sin sabores artificiales, sólo con lo que viene.

Eso es comodidad, eso es encantamiento, y quiero que permanezca, que amanezca de nuevo aquí, para robarlo más, y contemplarlo más. Es eso el placer de contemplar, de no hacer nada, de no movernos, sólo de estar.

Esté un rato con el suyo… de nuevo.



Fuente: Anodis


4 Comentarios:

  1. A mi me encanta quedarme obserbandolo mientras duerme, y me gusta mucho acariciarle la espalda. Y si nos dormimos me gusta tocarlo con el pie (en sus pies).

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  2. Claro ke me ha pasado, una y otra y otra vez, en especial porke mi novio logra dormirse 2 segundos después de decir ke ya se va a dormir jaja, y efectivamente yo aprovecho el insomnio para contemplar, y uno sonríe mucho jaja es verdad. Muy chido el artículo, saludos.

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  3. Gracias, Adonis/Max,por tus palabras. Porque,¡qué inmenso deleite para el alma la contemplación y caricias del ser amado dormi-
    do!
    En un mundo de tanto "sexo por el sexo", tus
    palabras me han hecho sentir "cálido", sere-
    no,... en paz.

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  4. Qué vergüenza! todos tan románticos y yo me duermo, y me tiene sin cuidado lo que haga él,jajajaja!!!

    BESOTES

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