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25 de noviembre de 2009

MILITARMENTE GAY

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Los gays y las fuerzas armadas son un tema polémico en países como Chile en donde ni siquiera existe legislación contra la discriminación, Revisamos la situación en Estados Unidos y el Reino Unido. Del silencio hipócrita hasta la inclusión real.

Personalmente nunca se me paso por la mente ingresar a alguna rama de las fuerzas armadas, no obstante entiendo que más que una opción laboral es una opción de vida y la respeto, como a muchos gays mi relación con los uniformes va más por el lado de las fantasías que de la realidad, indefectiblemente el uniforme y el poder erotizan.

Pero a diferencia de uno, hay muchos gays que han optado por la carrera de las armas y así en la última década la visibilidad de los gays uniformados ha ido en aumento producto de los distintos tratamientos que países como el Reino Unido y Estados Unidos de América le dan a sus soldados homosexuales y lesbianas. Mientras que en países como el nuestro en el que el machismo y la influencia de la iglesia católica siguen siendo fuertes, el tema también ha salido a la luz y en un ejercicio de optimismo en el contexto de la elección presidencial que se nos acerca bien vale la pena mirar a nuestro alrededor y comparar.

En la última temporada de la serie de Showtime, The L World que pudimos ver a través de las pantallas de Warner Channel, se planteo la situación de una soldado que es juzgada por rumores que indican que es lesbiana, algo que el publico de esta serie ya tenia más que confirmado desde la temporada anterior.

Mientras la muy asumida Alice concreta su portal web para lesbianas, su pareja Tasha es acusada de conducta homosexual ante la guardia nacional, y decide negar que lo es a sabiendas de que la política sobre gays en las fuerzas armadas instituida desde el gobierno de Bill Clinton no impide a los homosexuales ingresar a ellas pero tampoco le permite que se conozca que lo son lo que equivale a obligarles a llevar una doble vida.

La serie planteo claramente los altos costos que debe pagar una militar lesbiana en el actual esquema de reclutamientos estadounidense y asu vez o complicado que resulta mantener una pareja en ese contexto.

Mientras Alice es presentada en diversos medios nacionales con su sexualidad abiertamente gay, Tasha debe ocultar su orientación por lo que termina con ella.

Finalmente el amor es más fuerte, y en el juicio por conducta homosexual Tasha reconoce que es lesbiana y que ama a Alice por lo que es expulsada del ejército y regresa con Alice.

Sin lugar a dudas un final lindo con un gran beso en mitad de la base militar ante las miradas de todos los soldados, ¿cómo no emocionarse?, pero siendo concretos que difícil reconstruirse después de haber dedicado tanto tiempo y esfuerzo a una carrera militar, claro que el amor bien vale la pena volver a empezar.


Un caso de la vida real nos lo ofrece el guapísimo Reichen Lehmkulh Burke quien estudió en la Academia de la Fuerza Aérea de EE.UU., y llegó a ser Capitán, para luego derivar en un exitoso empresario, y modelo internacional, ganador del programa de la cadena CBS Amazing Race. Hoy en día Lehmkulh Burke es un defensor de los Derechos Gays e intenta una carrera como actor, pero antes de ser famoso, tuvo que actuar en los cuarteles para evitar que un tribunal marcial los juzgara por ser gay, en sus propias palabras "La política de la Fuerza Aérea y de todas las fuerzas armadas es muy contradictoria por lo que esas fuerzas significan. Ellos dicen que son todo honor, integridad y honestidad pero ellos te fuerzan a mentir para poder servir a tu país".

El tener que mentir de forma constante fue lo que llevo a Reichen a dejar la Air Force, no obstante se mantiene ligado al mundo militar a través de SLDNLA, una asociación de militares y ex militares que luchan por la integración gay a las Fuerzas Armadas.

Reichen Lehmkuhl ha incursionado también como escritor relatando su experiencia en la Fuerza Aérea, bajo la política de “No preguntes, no cuentes”, con la que las Fuerzas Armadas no preguntan a sus postulantes sobre su opción sexual y esperan que estos no la revelen, política que ha criticado públicamente. Con el libro Here's What We'll Say: A Memoir of Growing Up, Coming Out, and the U.S. Air Force, que se podría traducir como: “Aquí, esto lo que diremos: Una memoria del crecimiento, salir del clóset y la Fuerza Aérea de los E.E.U.U.”, su autor busca contribuir a que los gays sean aceptados en los cuarteles como cualquier soldado heterosexual, es decir, que las Fuerzas Armadas de EE.UU., no consideren incompatible ser un Gay asumido y Militar a la vez, ya que la actual política, lleva a los militares homosexuales a vivir su sexualidad como si fuese un secreto de Estado, su libro constituye un valioso testimonio de la conflictiva vida de los militares gays que están en constante estado de alerta ante la posibilidad de que su sexualidad sea develada.

Es importante que los soldados puedan salir del closet no solo por lo que esto significa en términos simbólicos para la sociedad en general y para la comunidad gay y lésbica en particular, sino por las consecuencias prácticas que este tipo de políticas arcaicas tienen para los militares homosexuales.

Famoso es el caso del soldado Loren S. Loomis, quien en el año 2003 demando al ejército para revertir su despido el que se a una semana de que cumpliera 20 años de servicio, tiempo que se necesita para gozar los beneficios de la jubilación.

Lomis fue acusado de conducta sodomita luego de que en un conveniente incendio de su casa, un bombero encontrara material audiovisual en el que Loomis tenia actos sexuales con hombres. Dado que Loomis había sido herido en la Guerra de Vietnam, en la que ganó dos Estrellas de Bronce y un Corazón Púrpura, la máxima distinción militar de EE.UU., su pensión se estima en 1 millón de dólares, cifra de la que no vio un centavo al ser despedido.


En el año 2005, un soldado trato de seguir en las filas una vez que había reconocido su homosexualidad, se trata del sargento del Ejército de EE.UU., Robert Stout, de 23 años, herido de metralla en una pierna, el rostro y los brazos en Irak por lo que recibió una condecoración. El sargento reconoció que es gay a los 26 miembros de su pelotón, parte del noveno batallón de ingeniería de EE.UU., con base en Alemania. En este caso el Pentágono informo que aplicaría una baja honrosa que es la que en los últimos tiempos se aplica a los militares despedidos por la política del "no preguntes, no hables".

Al otro lado del océano Atlántico, el trato es muy distinto para los militares gays, por esto días se celebraron los 10 años de la aceptación de los homosexuales en las filas armadas, lo que quedo graficado en la portada de la prestigiosa revista Soldier en la que aparece James Wharton, un integrante gay de la Caballería que aparece en uniforme de gala, luciendo su medalla ganada en combate en Irak con la palabra Orgullo (Pride) a su lado. Una portada histórica con la que se celebra la diversidad en el Ejército británico, “Estamos mil veces mejor que hace diez años”, cuando las Fuerzas Armadas británicas vetaron la prohibición de homosexuales en el ejército. Desde ese momento, soldados con distintas orientaciones sexuales participan de marchas por el orgullo gay usando su uniforme y luchan activamente por los derechos homosexuales.

Wharton ha declarado a la prensa que está comprometido y que conoció a su novio en la pasada marcha del orgullo gay en Londres. Admite que sus compañeros de cuartel le lanzan bromas por su afición a figuras como Pink y Britney Spears pero que su homosexualidad no es objeto de burlas por parte de sus compañeros. Wharton considera que el ser militar no es parte del estereotipo gay por lo que sería importante apoyar postularas como la del ejército británico para visibilizar otras formas de vivir la homosexualidad.

Si bien valora el cambio de actitud a nivel institucional también reconoce que hay personas que están en desacuerdo con la aceptación de militares gays que disuaden a potenciales militares en el proceso de reclutamiento. Wharton sostiene que sus preocupaciones más importantes en su trabajo tienen que ver con bombas y balas como cualquier otro soldado y que solo ha pasado por dos situaciones incomodas por su orientación sexual durante su carrera pero que no han sido lo suficientemente importantes como para cuestionarse su permanencia en el ejército.

Si bien la portada de Soldier es un claro ejemplo de inclusión y contrasta con la situación de los militares estadounidenses, esta ha sido el resultado de una lucha constante por parte de los oficilaes gays.

Lo más curioso en esta batalla al interior de los cuarteles es que el resto de las fuerzas armadas británicas no es tan inclusiva, así recientemente dos gays y una lesbiana se vieron enfrentados a la Real Armada y la Real Fuerza Aérea al ser dados de baja por su orientación sexual, lo que dio pie a procesos judiciales que se extendieron por 2 años.

Este conflicto llego incluso hasta el Tribunal europeo de Derechos Humanos, que se opuso a que estos militares fuesen excluidos de las leyes de igualdad lo que en su momento argumentaron las instituciones apoyándose en que la orientación sexual era incompatible con "las condiciones de vida de cercanía físicas y las presiones externas como el peligro grave y la guerra", a la que se ven enfrentados cotidianamente los militares.

El Tribunal dijo que esa argumentación era insostenible y que el gobierno británico debía hacer las modificaciones que permitieran cambiar la política aplicada por la RA y la RAF.

El Jefe del Ejército Británico, el General Sir Richard Dannatt, dijo a propósito de la celebración del orgullo gay que "el respeto para los otros no es un accesorio opcional".

Es de esperar que las fuerzas armadas de EE.UU. se hagan eco de las modificaciones implementadas por las británicas y pongan fin a la política instaurada por Clinton que a la fecha ha significado la desvinculación de a lo menos 12.500 militares.

Cuando hablamos de la importancia de las representaciones sociales que se construyen sobre los gays y lesbianas en la cultura y los medios de comunicación hay que tener conciencia de que estamos hablando de las imágenes en las que luego se apoyaran aquellas iniciativas que nos benefician o perjudican en el día a día, los argumentos que se emplearán para defender o pasar por alto nuestros derechos, definitivamente el considerar que ser gay imposibilita a una persona para ser militar es una prueba más de cuan arraigados se encuentran en ciertos sectores los prejuicios, los estereotipos negativos y / o la homofobia que coarta las oportunidades a los gays en lo laboral y en lo personal.


Fuente: Gay Magazine


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