
Parece que por ley de vida, nuestra evolución se divide en fases. Primero vivimos en una fase familiar, donde nuestros padres y hermanos, junto con los abuelos, primos o tíos, más cercanos, forman nuestro entorno habitual.
Luego y durante la adolescencia, formamos grupos o amigos que constituyen nuestro círculo de relaciones. Más tarde, se espera de nosotros que encontremos una pareja, más o menos estable, porque seamos realistas el amor no es eterno.
Y aquí es donde empiezan nuestros verdaderos problemas. Unidos a la dificultad de encontrar nuestra media naranja, está la aparición de una considerable cantidad de gente que no está preparada, bien sea porque no quiere o porque no puede, para afrontar un compromiso, con toda la suerte de ventajas, a la par de responsabilidades que ello conlleva.
Y si bien es cierto que así no hay manera de encontrar un novio en condiciones, muchas son las causas a las que obedece este miedo a lo que se llama popularmente sentar cabeza.
Es normal que los más jóvenes sientan la misma necesidad de estar con la pareja que con los amigos, pero pasados los 30, esto ya no es considerado tan habitual, por mucho que estimemos que los gays dilatamos nuestra adolescencia hasta edades casi imposibles. Se trata de hombres, en la mayoría de los casos, que gracias a su complexión física (suelen estar buenos), no acostumbran a tener problemas para encontrar compañeros de cama.
Pero que, cuando llevan más de tres semanas saliendo con la misma persona, experimentan una especie de ansiedad motivada por la incertidumbre de pensar si limitándose a esa pareja, no están perdiendo la oportunidad de encontrar otra mejor. Suelen ser los mismos que, acostumbran a abandonar, a los pocos minutos, la fiesta, bar o discoteca a la que han asistido, ya que les corroe la idea que, tal vez en la discoteca de al lado o en la otra fiesta a la que les invitaron, el ambiente sería mejor, la música de más calidad y los hombres más guapos.
Si te has topado con alguien que intuyes es así, disfruta del momento, ya que la relación se puede acabar en cualquier momento y sin motivo alguno. Goza de pasear y compartir la cama con un chulazo como ese (si ni tan siquiera está bueno, déjalo; no tienes porque aguantarlo) mientras piensas que fue bueno mientras duró. Si eres tu el alérgico al compromiso; cuidado,
el tiempo pasa de manera inexorable y cualquier día puedes levantarte y que el espejo te devuelva una cara arrugada, un trasero caído y un barrigón cervecero donde antes había poderosos abdominales y así, resulta muy difícil ir de flor en flor.
Fuente: PueblaGay.com










