
Se encuentran por vez primera, muchas veces en algún antro o simplemente en la calle, se cruzan las miradas, florece una sonrisa, coquetean y en el lenguaje corporal se insinúan... tal parece que esa noche ambos se perderán en las llamas del placer. Pero es ahí donde muchos se preguntan: ¿Eso es malo? ¿alguno de los dos, simplemente está considerando objeto sexual al otro? “El disfrutar del sexo por una noche no tiene nada de malo, mientras el mismo se de entre dos personas en igualdad de condiciones”.
Ese es el pensamiento erróneo que se tiene. Que todos tenemos que cuidarnos de no utilizar a la otra persona como objeto sólo para saciar nuestro deseo sexual. A nadie le gusta que lo traten como un objeto y nadie quiere ser utilizado para el propósito del otro. Los hombres activos son los que suelen tomar a los hombres pasivos como objetos sexuales, pero cada vez hay más casos inversos.
¿Qué significa tratar al otro como un objeto sexual?
Significa utilizar a otra persona para conseguir lo que se desea sin ningún respeto en particular a lo que el otro sienta. Puede llegar a un extremo de ni siquiera importarle si le está causando daño. En el daño no se piensa pero menos se lo hace respecto al bienestar de la persona que está con uno. La única preocupación es conseguir lo que se desea, que en este caso es sexo. Cuando se desea eso, se hace cualquier cosa para conseguirlo (y no son pocos los hombres que hasta utilizan a su pareja como objeto sexual). Puede mentirle y engañar a su pareja. Puede fingir estar interesado realmente en el, pero lo que realmente desea es obtener satisfacción personal. Después de conseguirlo, él desaparece y el otro nunca más oye de aquel hombre. No lo llama. Ni siquiera le dice hola! si lo ve por la calle. Aquel tipo puede sentir desprecio o repugnancia hacia el inclusive.
Sujetos, no objetos
El sexo rápido entre adultos no está basado en usarse como objetos, si se asume que ambos aceptan lo que está sucediendo y no hay ningún engaño implicado. A eso se suele llamársele “sexo sin compromisos”. El sexo sin compromisos, significa que ambas partes entienden lo que está pensando y que están conscientes de que tras aquel momento de “libertad y satisfacción” no se verá con la otra persona otra vez. Y por lo mismo no se intercambian direcciones, teléfonos o historias personales.
Esta situación es una de las primeras fantasías que todo gay tiene. Y es que a todos seduce la idea de que, el sexo puede ser extremadamente ardiente y apasionado. Ambos amantes pueden sentir una libertar extraordinaria y estar dispuestos a expresarse libremente, perdiendo timidez y desatando todos los mas íntimos deseos sexuales. Experimentarán y se permitirán gozar totalmente con lo que soñaron hacer y que no harían en una relación seria. Pueden experimentar cosas que incluso no soñaban que eran posibles. Sólo hay dos reglas, no escritas pero si muy convenientes que se deben seguir cuando hay una situación de “sexo sin restricciones”.
Esas reglas son muy simples:
Regla 1.- El consentimiento mutuo para todo es obligatorio. Por consentimiento mutuo queremos decir que todos los aspectos del acto sexual son convenidos por ambos. El hombre debe satisfacer su sed sexual tanto como el otro. Nadie es lastimado. Cuando su pareja o amante diga “no hagas esto” o “basta que duele” usted debe parar inmediatamente. Un “NO” significa siempre un “NO”.
Regla 2.- No trate de buscarlo después de haber hecho el amor. Porque si ambos se buscan, entonces ya entraríamos en otro tipo de relación. Recuerde que el utilizar a otra persona sólo para satisfacerse sexualmente es poco recomendable, ya que eventualmente usted podría ser tratado con la misma moneda, sin embargo, el tener sexo sin compromiso, es una experiencia diferente. En algunos casos deja una sensación de culpabilidad, pero en la mayoría de veces, es excitante, estimulante y emocionante.
Fuente: Puebla Gay










