
Esta es una noticia que podría calificarse cuando menos, de surrealista. Un británico de 26 años ha asegurado que se volvió gay tras sufrir un ictus. Así, como lo oyes. Parece ser que el chaval antes de ser gay, se definía como “como un hombre común y corriente, que veía partidos de rugby con sus amigos, bebía cerveza y organizaba su boda con la mujer de sus sueños”. Esa era al menos su vida hasta que sufrió el ictus que le cambió la vida, para bien, según el propio interesado.
El tipo, que se llama Chris Birch, vivía en una zona rural de Caerphilly, en Gales del Sur. Trabajaba en el banco del pueblo, y su principal afición era el rugby. Con el tiempo, pensaba casarse con la que era su novia. Pero eso es pasado. Durante una noche de fiesta con sus amigos, Chris se dió un golpe en la cabeza mientras daba un salto para divertir a sus amigos.
A consecuencia del golpe, el joven sufrió un derrame cerebral y un traumatismo por el que tuvo que estar acudiendo a fisioterapia durante meses, para poder aprender a realizar las cosas cotidianas que cualquier persona hace en su día a día, como caminar o comer.
Fue en ese momento cuando él notó que ya no era el mismo de antes. Sus amigos iban a visitarle durante su rehabilitación, y se daba cuenta de que ya no le interesaba el rugby, ni ver los partidos de fútbol en el pub al que habían ido toda la vida. En una entrevista para el The Mirror, Chris explica que sus amigos le decían que era más sarcástico que antes, y que que no era el mismo, que hasta sus gestos habían cambiado. Por eso precisamente, el joven británico señala que por entonces comenzó a evitar ver a sus amigos de toda la vida, ya que insistían en que se comportara como siempre, aunque él ya no se sintiera el mismo.
Además, Chris también explica que los cambios no se limitaron a sus gustos por el fútbol o el rugby, sino que empezó a fijarse en chicos guapos, y a sentir por ellos cosas que antes sólo sentía por las chicas. Así, hasta que una noche decidió salir a ligar como siempre había hecho, flirteó con una chica, y confirmó lo que temía: que las chicas ya no le iban. Esa misma noche conoció a un chico gay muy guapo, al que siguió viendo posteriormente y con el que terminó en la cama.
De forma paralela, este gay reconvertido dejó de trabajar como empleado de banca y comenzó su carrera como peluquero en un salón de belleza, a la par que decidía cambiar de aspecto físico, y perdía su barriga cervecera y se decoloró el pelo, ante la mirada flipada de su familia, que no entendía los cambios que estaba viviendo su hijo.
Como conclusión a estos cambios, Chris Birch afirma que tras el ictus, y su posterior cambio de orientación sexual, está más feliz que nunca. Algo es algo, aunque la historia es bastante sospechosa. No es por pensar mal, pero nunca había escuchado una historia semejante. Por el contrario, me suena más bien a una segunda oportunidad en la vida.
Es decir, no te gusta la vida que llevas, sufres un accidente en el que vuelves a nacer, tienes que aprender a vivir de nuevo, y te das cuenta que llevas año desperdiciando la vida sin ser feliz, y sin ser lo que eres realmente, y entonces decides romper con todo, inventarte que el ictus te ha vuelto gay y llevar la vida que siempre has querido llevar.
Quizás sea mal pensado, quizás no. Pero el tipo, al contar su caso a los medios, se ha expuesto a que gente como yo, dudemos, al menos un poquito, de su versión. Aunque lo que importa es que al final, el tipo es feliz…
Fuente: AmbienteG










