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Qué es la halitosis
Se llama halitosis al mal aliento de la cavidad oral, algo frecuente en la mayoría de las personas al despertar, sobre todo en los adultos. Es que las estructuras de la boca en reposo producen muy poca saliva y esa resequedad hace que las células muertas y las bacterias se adhieran a la lengua y al interior de las mejillas y acumulen mal olor.
El problema es que para mucha gente esta incómoda situación va más allá del suceso matinal y, para colmo, ni siquiera lo advierten porque los receptores de su nariz se bloquean y acaban por no responder al constante flujo de efluvios fétidos.
Lo complicado es que quienes rodean a quien tiene mal aliento sí lo perciben y tratar de alejarse discretamente. El rechazo social es frecuente, y ni hablar de un contacto más íntimo. Según un estudio difundido por The British Medical Journal, entre el 8 y el 50 por ciento de la población mundial tiene episodios de mal aliento, que pueden ser fugaces, recurrentes, pasajeros o crónicos. En el 90% de los casos, el tema se resuelve rápido. Ocurre cuando el mal olor se origina directamente en la cavidad bucal como resultado de la descomposición bacteriana de restos de alimentos que quedan entre los dientes.
Este tipo de halitosis se debe a una mala higiene bucal o a ciertos hábitos incorrectos pero remediables. El especialista puede recomendar ejercicios para aprender a respirar por la boca, o indicar cambios de hábitos (dejar de fumar, no abusar de los dulces), o analizar si está ingiriendo algún medicamento que esté resecando las mucosas bucales, como ocurre con los antidepresivos y los antihistamínicos. También puede ser consecuencia de alguna dieta hipocalórica o de una prótesis bucal.
El problema es que en un porcentaje bajo de casos, la halitosis puede ser un signo de alguna enfermedad: pólipos, gastritis, sinusitis, estomatitis, trastornos respiratorios, metabólicos o hepáticos, etc.
Cómo combatir el mal aliento
Visitar al dentista para que elimine las caries, los daños en la encía y la placa bacteriana.
Usar hilo dental antes del cepillado para desprender restos de comida incrustados entre los dientes y enjuagues antisépticos disponibles en el mercado.
Cepillarse después de cada comida, antes de ir a dormir y al levantarse. Cepillar los dientes en todas sus caras y también la lengua.
Masticar chicle o pastillas mentoladas sin azúcar entre las comidas para aumentar la producción de saliva.
Ingerir abundante agua.
Evitar el exceso de tabaco, alcohol, café y alimentos de intenso sabor u olor como el ajo y la cebolla crudos.
Fuente: Puebla Gay