
La Hermandad de Abogados Cristianos de Jamaica (Lawyers’ Christian Fellowship, LCF) organizó el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, un simposio que entre otros temas analizó la “amenaza” que supone para la sociedad jamaicana las cada vez más insistentes demandas de despenalización de la homosexualidad. Al simposio asistieron dos miembros de la Corte Suprema de Jamaica, así como el fiscal general del estado, entre otras personalidades.
Jamaica es uno de los países del mundo en los que la homofobia social es más fuerte. Las relaciones sexuales entre hombres están castigadas con penas de hasta 10 años de cárcel. El acoso, el maltrato e incluso el asesinato de personas homosexuales están a la orden del día. Pese a todo, cuenta con valientes activistas LGTB que se juegan cada día su vida.En abril de 2010 recogíamos, por ejemplo, la celebración de la que fue primera marcha a favor de la tolerancia y el respeto a las personas homosexuales y que viven con el VIH, en la que participaron un centenar de personas. Meses después, sin embargo, moría asesinado un activista gay. Y en agosto de este mismo año, una cadena de televisión se negaba a emitir un spot contra la homofobia, pese a la candidez del vídeo, en el que una conocida miss jamaicana restaba importancia al hecho de que su hermano fuera gay.
El simposio tiene lugar en un contexto de creciente movilización de los grupos homófobos de raíz evangélica en el Caribe, un territorio que siente de forma cada vez más intensa la presión internacional a favor de la despenalización de la homosexualidad y del reconocimiento de los derechos más básicos a las personas LGTB. En los últimos días, por ejemplo, ha sido publicado a página completa un anuncio en dos importantes periódicos de Trinidad y de la propia Jamaica, pagado por Exodus International, una organización religiosa de supuestos ”ex-gays” con base en Estados Unidos a la que ya nos hemos referido en diversas ocasiones, que promueve la “cura” de la homosexualidad mediante “terapias” reparadoras y oración. Entre otras barbaridades, el anuncio relaciona sin pudor alguno la homosexualidad con la propagación del VIH y asegura que “los homosexuales pueden cambiar”.
Fuente: Dos Manzanas










