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8 de marzo de 2012

8 de Marzo: Cuando ser mujer es una elección

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Como cada 8 de marzo, se conmemora en todo el mundo el Día de la Mujer. Muchas de ellas, nacieron en un cuerpo equivocado, y decidieron convertirse en mujeres. Las diferencias entre transexuales y travestis. Las consecuencias psicológicas de la operación de reasignación de género, que en nuestro país se ha realizado en hospitales públicos.
“Desde chica siento un desequilibrio entre mi cuerpo y mi forma de sentir”, cuentaAlejandra Portatadino, el primer caso público de operación de reasignación de género, realizada en 2006. “En la adolescencia era la consejera de todos mis amigos hombres en temas de amor –recuerda Alejandra–. Ya desde entonces me trataban como bicho raro porque siempre me preocupaba por cuidar al otro, algo así como ocurre con el instinto maternal.” Después de ir al psicólogo, pasar por varios diagnósticos de “personalidades múltiples”, seguir al pie de la letra lo que le decía su psicólogo, “no juntarme con mujeres, hacer actividades de hombres y alejar todo tipo de pensamiento femenino”, intentó suicidarse. “En 2002 me ahorqué por desesperación. Tuve suerte ya que se zafó una viga y por eso sobreviví.” Sin perder tiempo, aprovechó la segunda oportunidad que le regaló la vida: “Me uní a trabajar con el cuerpo médico forense, me contacté con profesionales de distintos hospitales y miembros de la Corte, retomé mis estudios de Antropología Biológica y fui convocada a trabajar como activista en el área jurídica de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina).
Después de largas investigaciones, confirmé lo que sospechaba: tenía disforia de género, es decir un desequilibrio entre el cuerpo biológico y el sentir. Y no se trata de una patología, por lo tanto, con un buen diagnóstico y con la aprobación de un juez federal, logré que se me autorizaran la operación en un hospital público”. En marzo de 2006 fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital de Agudos Ricardo Gutiérrez de la ciudad de La Plata por el doctor Pablo Maldonado, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora de ese hospital. “El médico te acomoda tu cuerpo al sexo sentido, ¡y es un alivio! Recuerdo que mi primer sentimiento fue de armonía.” En 2008, y con motivo del Día Internacional de la Mujer, fue elegida como “mujer del año” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y ese mismo año se ganó un lugar en la ONG Greencross, donde ocupa un cargo ejecutivo “al que llegué por concurso”, y donde continúa desempeñándose.
La titular de Ecología del Paisaje de la Universidad colombiana Javeriana, regenteada por los jesuitas usa tacos altos y minifalda, se hace llamar Brigitte desde 2003 y por el momento no piensa en operarse. “Ser mujer (como ser hombre) es una invención cultural”, cuenta. “Si bien todas las personas nacen con características físicas diferentes, es durante nuestro crecimiento que el cuerpo se va llenando de significados y va evolucionando hasta adquirir una identidad. Ser mujer es, por tanto, una construcción personal. Cuando me visto como tal me siento, ante todo, con mucha más libertad. Ser hombre implicaba una cantidad de obligaciones y restricciones que me enloquecían, una exigencia de banalización de muchas de mis emociones y sentimientos, limitar la expresión de mis afectos y, sobre todo, un cuerpo mucho menos móvil, sensible y sensual. Lo femenino, en la cultura occidental, está cargado de restricciones y roles, pero permite experimentar otras dimensiones más complejas de la existencia –continúa la profesora colombiana–. En mi caso, es el movimiento de un género a otro lo que me abre posibilidades: soy consciente de que, de haber sido criada como mujer, me estaría trayendo los mismos conflictos y restricciones que experimentan las mujeres hoy en todo el mundo.” De cuerpo llamativo, uñas pintadas y prolijas, ropas de colores fuertes y sin pulgas a la hora de hablar de lo que siente, confiesa que le costó encontrar el camino “para definir el cuerpo con el que me sentía más cómoda. Ahora disfruto mucho más mi erotismo, ha sido como ver la luz, un permanente descubrimiento de mí misma”.
“A los 14 me hice implante de mamas y desde ese momento se me cerraron muchas puertas. Pero también se abrían otras”, relata la activista Claudia Pía Baudracco, coordinadora de enlace de la Asociación Travestis, Transexuales y Transgéneros Argentina (ATTA). Ella es travesti, no tiene decidido operarse los genitales ya que, según sus propias palabras, “la construcción de la identidad va por otro lado”. “Nunca me sentí identificada con los varones y tampoco luché contra mis sentimientos. Tengo la sensibilidad y el instinto del cuidado maternal de una mujer con la fuerza de un hombre”, asegura, y reflexiona: “La identidad no es algo que se elige, yo la sentí desde siempre ligada a lo femenino. Lo único que me faltaba era que el espejo me devolviera la imagen de mujer que siento ser”.
Al recordar los días de su adolescencia no puede evitar soltar un suspiro. “Corazón –arroja casi sin pensar–, la adolescencia no existe para nosotras. Por la discriminación que sufrimos estamos condenadas a pasar de ser niñas a adultas, buscando trabajos poco gratos, expuestas a la noche y a lo marginal y sometidas a exigencias de mujeres de mucho más de 14 o 15 años, por eso es fundamental concientizar y cuidar a mis pares. Por otro lado, fui sometida a exámenes psiquiátricos para descartar que no estuviera mentalmente enferma.”
A los 20 años decidió viajar a Europa, donde estuvo tres años conviviendo con un hombre antes de regresar a la Argentina. “Sentí que tenía mucho por hacer en mi país, así que, después de pensarlo un tiempo, me volví. Empecé por sumarme en la lucha por la ley de género, para que nuestros derechos sean respetados, porque cuando era adolescente tuve que pagar multas muy caras por usar la ropa con la que me sentía identificada, no quiero que a mis pares les pase lo mismo.”
Diana es travesti, tiene 38 años, trabaja como voluntaria en el área de Infectología del Hospital Fernández y tiene una voz que oscila entre la timidez y la dulzura. Diana cuenta que admira profundamente a la mujer “desde que tengo uso de razón”. “¡Es perfecta!, comprensiva, sensible, pero también competitiva y con mucho coraje –confiesa–. Las mujeres tuvieron que atravesar todos los límites que impone una sociedad machista, ganarse su lugar y luchar por sus derechos, cómo no voy a admirarlas. De hecho, cuando me confunden y creen que soy mujer, aviso que soy travesti, pero por dentro siento un gran orgullo.” A los 17 se alejó del núcleo familiar, conservador y militar, y comenzó a tomar hormonas, se hizo “unos retoques en la cola y en las caderas”, y se dedicó a trabajar como actriz cómica de stand up en distintos teatros. Por el momento no tiene pensado operarse ya que “me da mucha impresión”.
El caso de Verónica Giordano es uno de los más mediaticos porque se trata de una docente transexual y ex directora de Ipem 315 de San Francisco (Córdoba), que logró que la Justicia fallara a su favor y posibilitara la operación de adecuación sexual, para así poder ser, íntegramente, Verónica. Llegar al voto positivo para la intervención no fue un camino fácil: “Fue un proceso largo que trajo aparejado un montón de pérdidas, tanto en la vida pública como privada”, dijo al diario cordobés La Voz. El comité consultivo de Bioética comunicó al Juzgado de 4ª Nominación en lo Civil de San Francisco la opinión favorable del grupo de expertos para que Giordano fuera sometido a una cirugía de adecuación sexual. Aunque todavía no tiene fecha confirmada, la iniciativa continúa firme.
Otro punto de vista
Y para finalizar, Marlene Wayar, activista y directora de la revista El Teje, analiza desde su punto de vista la situación trans y que representa para ella el Dia de la Mujer
“A quienes me han enviado Felicitaciones por el día de la mujer ¡Muchas Gracias! pero… se los envío de regreso, quizás hallan notado quizás no por eso me tomo la molestia de aclararlo soy Travesti devenida Trans.
Recuerdo haber sido enterada del día del animal en mi secundaria, si bien la conmemoración es muy anterior. Por entonces se saludaba sarcásticamente a quienes no nos caían en gracia- Feliz día-, lxs desprevenidxs averiguaban y ¡zas día del animal!
No creo que este sea el motivo por el que me saludan. Quienes lo hacen me han dado señales anteriores de cariño y afecto.
Por eso quisiera aclararles que no obstante se siente violento que me adjudiquen una categoría identitaria que no es la mía. Es violento por que si algo me ha llevado años de construcción con mucho de sangre, sudor y lagrimas es ser travesti y definirme políticamente Trans.
Lo mujer es desde la visión Trans elemento de un par sistémico hombre-mujer, par hegemónico que construye la heteronorma y una empobrecida concepción de Lo Natural y de allí legitimo para la existencia. En lo cotidiano tanto hombres como mujeres nos violentan a las travestis de niñas, como madres, como educadoras, como vecinas y madres de nuestrxs amigxs, como oficiales de justicia, como juristas, como legisladoras, como académicas, etc, etc.
Sería muy injusto que yo no diga que han sido personas adjudicadas y auto-identificadas mujeres quienes nos han protegido en la infancia, o nos han capacitado de modo critico y empoderado para la lucha por nuestro derechos, ni gay’s ni lesbianas nos han aportado tanto para el crecimiento. Pero no son estas queridas personas a quienes yo les diría -oye mujer- generalmente las llamo por sus nombres salvo a una; Mamá, Josefina, Paula, Marina, Lili, Lau, Soledad, Ale, Laura, Karina, Sasha, Marieta, Alejandra, Mariana, Paula, Hebe, Cecilia, y un etc muy extenso y les profeso cariño y respeto sin esforzarme en saludarlas El Día de la Mujer, tengo la sospecha que terminarán reconociéndose Trans por que lo mujer, lo digo mucho…, viene siendo lo que encarnan una Chiche Duhalde, o Condolesa Raich, la pobre Legrand y la mas pobre Susana Gimenez y estas otras, las que me andan rondando y revoloteando están años luz de ese sitio mujer chiquito, mezquino, acusador.
Entonces gracias a todxs por la ofensa no querida, les regreso los saludos, les dejo un beso enorme, un abrazo fraternal y nos seguiremos encontrando para ver si se trans-forman políticamente donde no ponen en juego ni su objeto de deseo, ni sus practicas amatorias, solo algunas formas relacionales como esta no decirle mujer a una Trans, ¡¡¡flaco favor nos hacen!!!”
En tanto, y para que tod@s l@s demás puedan sentirse complet@s: Ley de Identidad de Genero YA!




Fuente: SentidoG

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