
Son muchos los anuncios que captan nuestra atención. Con sólo unos segundos consiguen atraen nuestra mirada. Y a veces, en esos segundos, con cualquier leve detalle, consiguen llegar a más público.
Es el caso de la nueva campaña de Aquarius en la que nos hablan de la crueldad o del infortunio, en ocasiones, del nombre que nos ponen nuestros padres. Algo que arrastramos toda la vida y que es bastante tedioso cambiar. Si para cualquiera es aburrido, para un transexual, con todo lo que lleva de papeleo el cambio de género, cambiar de nombre es una puntilla más.
En esta campaña de la bebida plantea diferentes casos de gente que querría haber tenido otro nombre. Y se para en un joven militar llamado José María al que le hubiera gustado ser María José. Simple, pero real como la vida misma.
Fuente: AmbienteG