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25 de octubre de 2011

Alcohol y Sexo, combinan?

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Después de 2 ó 3 copas el panorama cambia: el tímido deja de serlo, te sientes mas guapo menos reprimido, el intercambio de miradas se hace más constante y el siguiente paso, la cama, acorta su distancia. Una vez ahí, el efecto del alcohol puede ser el contrario a lo esperado, ¿por qué?

En torno al alcohol se han cimentado una serie de mitos que vale más desvirtuar para que no sigan cobrando víctimas. Uno de ellos, tal vez el más popular, es el de creer que la sustancia etílica incrementa el funcionamiento sexual, lo cual se ratifica con los resultados de una encuesta que informa que 68% de los hombres gays consideran que el alcohol eleva la posibilidad de disfrutar el sexo.

Sus efectos benéficos en el organismo son innegables, como ser estimulante del apetito, tranquilizante y sedativo, además de que incrementa el optimismo. Cuando se rebasan los límites las cosas cambian, pues se libera al bebedor de inhibiciones y restricciones conductuales marcadas por la sociedad o por sí mismo, de forma que la autoestima toma niveles de exageración que pueden ser perjudiciales en sus relaciones interpersonales. Pero eso no es todo.

Una no es ninguna...

El alcohol es poderoso estimulante y/o excitante sexual, pero igualmente ha comprobado científicamente que, en hombres tiene consecuencias negativas sobre las señales fisiológicas de excitación sexual.

En el Hombre activo se sabe que produce efectos de supresión de la erección, aun en dosis bajas, debido a que inhibe el óptimo funcionamiento del sistema nervioso autónomo (ubicado en el cerebro), implicado en la respuesta al estimulo sexual, que al reconocerlo debe irrigar sangre al pene para que de esta forma haya erección; es obvio señalar que al no presentarse ésta se dificulta la penetración y el coito.

En muchos casos esta situación es vivida como un fracaso por el hombre que la padece y que a partir de ello comienza a desarrollar sentimientos de ansiedad que dificultaran nuevamente la respuesta de excitación sexual en el siguiente encuentro. De esta forma puede establecerse un circulo vicioso que lleve al desarrollo permanente de una disfunción en el hombre, quien estará preocupado por saber si tendrá o no una erección adecuada, y de no presentarse promoverá frustración en un circuito sin fin. La solución a este problema requerirá terapia por parte de un psicólogo, quien es el indicado para levantar la autoestima del bebedor.



Fuente: Puebla Gay

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