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“La masturbación puede ser una forma de homosexualidad, porque se trata de un acto sexual que no involucra a una mujer. Si un hombre se masturba al mismo tiempo que mantiene otras formas de intimidad sexual con su esposa no sería así, sin embargo, cualquier hombre que lo haga sin su esposa en la habitación está bordeando la actividad homosexual, especialmente si mientras tanto se mira en un espejo y se excita con su propio cuerpo”, sostiene Driscoll en el capítulo 5 de su libro Porn-Again Christian: A Frank Discussion on Pornography & Masturbation for God’s Men, dedicado a la masturbación, al explicar los argumentos “prácticos y teológicos” para evitar masturbarse.
Driscoll menciona, no obstante, algunas circunstancias en las que considera la masturbación aceptable. Por ejemplo, si se está de viaje de negocios, mientras se contemplan imágenes de la propia esposa, o si es la esposa la que masturba a su marido.
Aplicando los criterios de Driscoll, la proporción de hombres homosexuales en el mundo podría dispararse hasta límites insospechados…
Fuente: Dos Manzanas