El oficialista Sergio Mansilla dijo que no hay tiempo para llamar a una consulta popular y que, de todos modos, la ciudadanía tendrá participación a través de las organizaciones intermedias. En cambio, el radical José Cano opinó que un plebiscito “hubiera sido un sano ejercicio”. Ambos coincidieron a la hora de rechazar el proyecto.
Son muchas más las cuestiones que los dividen que aquellas que los unen, pero están de acuerdo en su rechazo a la iniciativa que prevé la modificación del Código Civil para autorizar en nuestro país el matrimonio gay.
Los senadores nacionales Sergio Mansilla (Frente para la Victoria) y José Cano (Unión Cívica Radical), confirmaron ayer a EL SIGLO que votarán en contra del proyecto, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados y es avalado por la Casa Rosada.
Sin embargo, los representantes tucumanos en el Congreso mantienen posturas encontradas respecto a la posibilidad de que, como solicitan la Iglesia Católica y otros sectores que se oponen al casamiento homosexual, el tema sea discutido por toda la sociedad mediante el llamado a un plebiscito, antes de su debate en el recinto.
Contra el plebiscito
Mansilla defendió la postura oficialista de omitir la posibilidad de una consulta popular recordando que “la mayoría de los argentinos estará representada, a través de sus organizaciones y entidades intermedias, en los debates que organizó el Senado en todo el país, incluido Tucumán (el próximo 18 de junio)”. Sobre el mismo punto, aclaró que “no se trata solamente de la llegada de representantes de la comisión de Legislación General, que es la que tiene en estudio el proyecto, sino que el Pleno del Senado se puso en comisión para salir a las provincias a debatir este tema, designando a la senadora Lidia Negre de Alonzo para que la encabece”.
Mansilla explicó que “con esta decisión se le está dando participación a todas las entidades e instituciones para que expresen su postura, previamente al debate, demostrando que hay voluntad de dejar que la mayoría opine”.
Por otro lado, el senador oficialista dijo que “no había tiempo para hacer un plebiscito, como plantean algunos sectores, porque ya se había resuelto en Labor Parlamentaria, antes de que el tema se trate en Diputados, que la fecha límite para votar el proyecto en el Senado es el 14 de julio”.
Sobre esta última fecha, parece no haber sido elegida a la ligera por el kirchnerismo, puesto que coincide con un nuevo aniversario de la Revolución Francesa, cuyo lema fue: “Igualdad, Libertad y Fraternidad”.
A favor de la consulta
En cambio, Cano criticó la decisión oficialista de oponerse a la realización de una consulta popular sobre el matrimonio homosexual antes de su discusión parlamentaria.
“La voluntad del oficialismo es avanzar con la medida a como de lugar y no hay ningún interés de realizar un plebiscito, porque ni siquiera aceptaron postergar la fecha propuesta para la votación en el Senado. La consulta popular, que genera participación y debate es positiva en democracia porque genera compromiso social y debate, y hubiera sido un sano ejercicio que el pueblo se exprese sobre un tema tan delicado”, opinó el legislador radical.
Coincidencias
Tanto Cano como Mansilla esgrimieron argumentos similares a la hora de fundamentar su rechazo al proyecto de matrimonio gay.
“Por mi crianza, mi formación y las costumbres de mi familia, como hombre del Interior, no encuentro argumentos sólidos para votar la ley tal cual está, porque el matrimonio es algo instituido en nuestra cultura como la consolidación de la unión entre un hombre y una mujer”, sostuvo Mansilla.
El parlamentario kirchnerista aclaró que está “de acuerdo en que todos deben tener los mismos derechos y que personas que tomaron otro camino en la vida, como la definirse como homosexuales, puedan acceder a los beneficios que el resto. Es un tema de igualdad ante la ley, que hoy no se está cumpliendo y estoy de acuerdo en que se debe buscar la medida de que esos derechos sean reconocidos”, acotó.
No obstante, insistió en que “si tuviera que votar como está la ley lo haría en contra, por no compartir que se avance con la modificación del Código Civil sosteniendo el término ‘matrimonio’ para las parejas del mismo sexo y no el de ‘unión civil’. Para mí el matrimonio es entre un hombre y una mujer”, insistió.
A su turno, Cano dijo que “el matrimonio es un sacramento reservado a nuestra cultura y conformación como sociedad, donde la familia es encabezada por un hombre y una mujer unidos bajo esa institución. Lamentablemente, con esta iniciativa se procura que desaparezca la figura de la mujer en el Código Civil, porque hay un sector que nos quiere convencer que es lo mismo ser varón que ser mujer. El rol de la madre en la familia es insustituible, como también el del padre. Son roles complementarios”, argumentó.
El senador de la UCR aclaró estar “totalmente de acuerdo con la necesidad de que las parejas homosexuales puedan vivir juntas y tener todos los derechos de los demás”. Aunque insistió que “para ello no hace falta autorizarlos a utilizar la figura del matrimonio, cuando bien se pueden implementar otras herramientas legales para darles la posibilidad de acceso a una obra social y poder heredar de sus cónyuges”.
Por último, Cano cuestionó el hecho de que “el kirchnerismo siga planteando temas que dividen a la sociedad, ahora con el matrimonio homosexual, y luego con el aborto, mientras siguen poniendo bajo la alfombra los verdaderos problemas sociales de la argentina, como la inseguridad, la desocupación, las adicciones, la violencia familiar y la pobreza estructural, con 14 millones de indigentes en la argentina por falta de políticas de inclusión. Esto no se resuelve votando a favor o en contra del matrimonio homosexual. Es como decir que aprobando este tema dejará de haber chicos pidiendo limosna o drogándose en la calle”, lanzó.
La otra representante tucumana en el Senado de la Nación, Beatriz Rojkés de Alperovich, aún no emitió una postura pública en torno al matrimonio gay. No obstante, debido a su conocida afinidad con la Casa Rosada, a nadie debería extrañar que vote a favor del matrimonio homosexual.
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