
“Safe Trip Home” es el esperado tercer álbum de una de las voces más personales y cálidas de la música actual: Dido, la cantante y compositora nacida en Londres. El primer disco que todos recuerdan fue “No Angel”, realizado cuando Dido era una cantante de acompañamiento de medio tiempo con un pequeño presupuesto y sin sello. Cuando las canciones de ese disco fueron editadas en 1999, nadie, menos que menos Dido, esperaban que el álbum se convirtiera eventualmente en el más vendido del planeta en 2001. “Life For Rent”, de 2003, también hizo su camino en millones de corazones, llegando al número uno en 26 países y encendiendo las ondas radiales en muchos más. Para la época en que Dido había girado con ese disco alrededor del mundo, ella estaba lista para un pequeño respiro.
"Era un torbellino", dice ella. "Cuando volví de gira a principios de 2005, me llevó un tiempo asimilar lo que había sucedido. Yo no estaba preparada para eso. Hasta donde yo sabía estaba haciendo este disquito underground para mí, para escucharlo y entonces, de pronto, ocho años más tarde, estaba partiendo con este increíble tren veloz. La había pasado emocionantemente, pero creo que necesitaba dar un paso atrás, reconectarme con la vida normal y llevar el foco 100 por ciento de vuelta a la música."
Aunque desapareció de la vista, Dido estuvo poco tiempo alejada de la música. Sin embargo, en lugar de comenzar inmediatamente a escribir canciones, se dedicó a tocar, ya sea su música o la de otros. “Quería tomarme un tiempo para ser mejor música", explica. “Para los dos primeros álbumes, todo lo que tocaba se había usado puramente para la composición, que es muy diferente a tocar por diversión, como hacía cuando era chica. Así que pasé mucho tiempo tomando los instrumentos para tocar. Me encantó."
Dido había involuntariamente puesto el tono para “Safe Trip Home”, un disco cuyas ardientes y emotivas canciones eran para presentar tocando guitarra, piano, campanas y el fiel grabador viejo con el cual había ido de gira por Europa como una prodigiosa alumna de la Escuela de Música Guildhall de Londres. Ella también es responsable de parte de la batería del álbum (notablemente en el suntuosamente melancólico Quiet Times).
Cuando Dido se reunió con el productor, Jon Brion (Fiona Apple, Kayne West, Rufus Wainwright, Eels) en los estudios Abbey Road de Londres, hacia fines de 2005, el se sintió impactado por su musicalidad. “Me dí cuenta que ella tenía este hermoso tacto al tocar desde el primer día que la conocí," dice él. “De hecho, si es que hay algo de lo que yo estoy particularmente orgulloso con este disco es de alentar a Dido a tocar más instrumentos. Cuando ella toca la batería, su “tiempo” es magnífico. Y su toque en el piano es absolutamente sorprendente."
"Jon me persuadió de ir a Los Ángeles y escribir algo," dice Dido. "Pasamos unas semanas brillantes trabajando juntos. Parecía que podía probar lo que quisiera, con cualquier instrumento que yo quisiera. Ese fue realmente el comienzo del álbum". Canciones como la sensual “Never Want To Say”, “It's Love” y “Let’s Do The Things We Normally Do”, con muchas cuerdas, eran tres de los varios tracks que emergieron de aquellas productivas sesiones.
Alentada por ese progreso inicial, Dido decidió mudarse a Los Ángeles por un tiempo para continuar trabajando con Brion en el álbum. Era una ciudad madura para las oportunidades, ya fuere, el potencial para largos paseos por el desierto escuchando la música, el sorprendente sonido vocal en el armario de las escobas de Brion, la oportunidad de entrar a Citizen Cope para cantar la espléndida “Burnin Love”, o el hecho de que el baterista favorito de Dido, Mick Fleetwood estaba a mano para tocar en Grafton Street, el gran momento triste del álbum que ella había escrito con otra inspiración, Brian Eno.
"No era realmente una gran fan de Los Ángeles antes”, admite ella, "pero resultó ser un lugar sorprendente para seguir una idea y seguir sin que nadie te diga que eres completamente ridículo. Es una ciudad construida sobre la imaginación, las historias y la creatividad. Es más, todos parecen irse a la cama a las 9pm, así que yo tenía un montón de tiempo a la noche."
Por cierto, en vez de correr para tener el álbum listo, Dido estaba feliz de tomarse su tiempo. “Realmente no sentía ninguna urgencia por parar de escribir," dice ella. “De hecho, cuando había terminado todo el material con Jon en Los Ángeles, regresé a Inglaterra y me dí cuenta que realmente quería comenzar a usar todo lo que había aprendido allí. Así que me senté en la mesa de la cocina con mi laptop y un micrófono y comencé a escribir y grabar, usando un nuevo programa de computación que tenía. Terminé cargando un montón de canciones."
Una tarde, el hermano de Dido, Rollo, quien co-escribió y co-produjo sus primeros dos álbumes, fue a tomar el té, así que ella le tocó un puñado de las nuevas canciones. "El realmente se entusiasmó, así que decidió meterse conmigo en el estudio. Pero un montón de las grabaciones del álbum, verdaderamente vinieron de esa época en mi cocina. Si tú escuchas bien, puedes oír a mis vecinos con el taladro o que llovía a cántaros afuera."
"Aún me las arreglo para meterme en este espacio de mi cabeza cuando escribo, donde me olvido completamente que alguien va a oír las canciones" admite Dido. Realmente no pongo ningún límite en las canciones emocionalmente. Algunas de estas canciones son sobre temas generales y algunas son sobre la vida de otras personas, pero algunas son específicas y personales para mí. Tal vez me dejo expuesta, pero me resulta difícil hacer algo que no sea emocional o que no me conmueva de algún modo. El no explicar las letras a la gente, me da verdaderamente la libertad de expresarme sin límites en las canciones."
"Este álbum está lleno de la alegría de hacer música," dice Dido. "El proceso de hacerlo ha sido una experiencia maravillosa, algo para apreciar totalmente. He puesto toda la emoción en estas canciones. Y ahora realmente espero que emocionen a la gente".
Fuente: Universo Gay