Historias del closet | “El Sabor de los Maduros”

Algunos piensan que la voz de la experiencia hay que escucharla. Muchos se inician con “experimentados” señores, no dejando a veces buenos resultados. En el caso de Luis, desde Maracaibo, nos relata sus dos primeras experiencias sexuales, las cuales fueron con personas muy adultas. Envíanos tus historias a correo.openyourmind@gmail.com y podrías verla aquí:

Hola soy Luis, la realidad es que yo empecé algo tarde, mi primer contacto fue alrededor de los 23 años.

Todo sucedió en el estacionamiento de un centro comercial donde me cite con un tipo algo mayor, que por equivocación había llamado a mi teléfono preguntado por "X" persona. El tipo se disculpo y cerró la llamada, sin embargo minutos después vuelve a llamarme y me dice que le había gustado mi voz q era muy varonil y si podía seguir hablando conmigo. Yo no sabia que hacer. Para la fecha era totalmente virgen, venia de una adolescencia tormentosa por sentimientos encontrados por saberme homosexual y no aceptarme, por eso mis nervios.

Mientras el hombre me contaba de su vida de lo que le provocaba hacer, mi pene se fue poniendo cada vez más grande, era una erección como nunca la había tenido. La cabeza del pene se ponía roja, ya casi morada, y era una cachuera tan grande que no podía hacer que se bajara. Yo solo me deje llevar por lo que me contaba el desconocido al teléfono y empecé a pajearme, me frotaba mi pene sin piedad hasta sentir un esplendido orgasmo, acabe tanta que la leche baño mi abdomen mi pecho y alcanzo mi cara. Inmediatamente sentí que había hecho algo mal me arrepentí y corte la llamada.

El tipo me siguió llamando y llamando, me dejaba mensajes de voz, los cuales oía una y otra vez pero nunca mas conteste sus llamadas. Un día estaba obstinado de vivir una vida que no quería y casualmente el me llamo y yo acepte verme con el en un centro comercial cercano a mi casa el cual estaba casi desolado. Fue una desilusión muy grande conocerlo, yo me había hecho muchísimas expectativas con ese tipo sabia q era un hombre mayor, pero me imaginaba un tipo de unos 40 años casado súper varonil y cuando lo vi era un viejo horrible, muy feo. Yo a él si le guste y de una vez me quiso tocar pero solo sentí repulsión, y me retire de ese lugar y nunca más.

Un día yo decidí bajar de peso y empecé a caminar en la Plaza de la Republica allí conocí a un ingeniero de unos 37 años para ese entonces, muy varonil, el cual no dejaba de mirarme y de tocarse cada vez que me pasaba por el lado. Tenía un short muy corto blanco de esos de jugar tenis y se le marcaba un pene enorme.

El tipo me abordo y me invito a tomarme un jugo, me monte en su carro y dimos unas vueltas. Llegamos a un sitio cercano a tomarnos los jugos pero una vez allí yo toque su enorme bulto que hacia casi estallar su pequeño short y bueno me lancé a besarlo a tocarlo y a chuparlo, no tenia experiencia alguna pero creo que lo hice muy bien. Me pegue a ese maravilloso, grueso y algo venoso. A la final el jugo que probé fue su tibia leche, eso les confieso si me dio un poco de asco. Nos limpiamos y finalmente me dejo a unas cuadras de mi casa.

Después siguiendo a la plaza cada vez con más entusiasmo, pero no coincidimos sino como 15 días después. Lo vi, nos saludamos, íbamos llegando prácticamente y no caminamos, el ejercicio lo dejamos para mas tarde, me llevo a su casa y en plena sala empezamos a besarnos. Me chupaba mis tetillas, me mamaba el culo ¡ufffffff que ricura!, empezó a penetrarme con sus dedos y luego me enterró ese inmenso y gruesa pija, vi al diablo, les confieso fue horrible, jure que mas nunca lo haría, pero luego no deseaba que lo sacara y hasta el sol de hoy nos seguimos viendo esporádicamente. He conocido a todas sus parejas, el sabe que yo también las he tenido, pero aunque sea una vez al año coincidimos y recordamos viejos tiempos.