
Una de las víctimas, Josh Kehoe, relató al noticiero PIX News como él y su pareja Bobby Daniel Caldwell regresaban a su auto estacionado a dos cuadras del estadio en el centro de Newark cuando fueron atacados por un grupo de 15 a 20 jóvenes.
Kehoe contó que los atacantes lo dejaron malherido y amoratado y que además se llevaron su teléfono celular. Los maleantes también intentaron arrebatarle la billetera a Caldwell durante el ataque. La pareja fue trasladada al centro medico University Hospital, donde, según Kehoe, los médicos tuvieron que colocar una prótesis en la mandíbula de Caldwell debido a las severas heridas que había sufrido.
Kehoe agregó que los atacantes los llamaron "maricas", razón por la cual él considera que este califica como un crimen de odio.
Sin embargo, en la oficina de los fiscales del condado de Essex, se afirma que la policía no considera que este haya sido un crimen de odio. Esto puede deberse a que la pareja también contó que un grupo de mujeres habían sido atacadas y robadas pocos minutos después del incidente, según el reporte que fue presentado ante la policía.
Las víctimas también contaron a PIX News que la presencia policial en el Prudential Center era "muy poco visible". Kehoe aseguró que a la policía de Newark le tomó 45 llegar a la escena del crimen. La pareja ha presentado una queja ante la oficina del alcalde de Newark, Cory Booker.
El alcalde Booker se ha comunicado con las victimas, expresando su indignación acerca de lo sucedido.
El director de la policía de Newark, Garry McCarthy, declaró ante PIX News que los investigadores aún no consideran a este como un crimen de odio, pero aseguró que podrían cambiar de opinión si es allí hacia donde los lleva la investigación.
La policía se encuentra actualmente revisando las grabaciones de varias cámaras de seguridad del área y creen que de esta manera podrán arrestar a los responsables de estos ataques.