
Se sabe desde hace tiempo que el riesgo de complicaciones de la gripe convencional o estacional está aumentado entre personas infectadas por el VIH comparadas con la población general. Los estudios muestran un mayor riesgo de hospitalizaciones en relación con problemas pulmonares y cardiacos y de la mortalidad en este grupo de población durante los momentos en que la gripe estacional está activa, a diferencia de otros momentos del año.
Por lo que respecta a la nueva gripe A, en los pacientes con alto riesgo de desarrollar complicaciones, incluidos los infectados por el VIH, puede ser aconsejable el tratamiento con antivirales contra la gripe, con el objetivo de acortar la duración de la enfermedad y la severidad de los síntomas. Es un tratamiento que sin embargo a día de hoy no se considera necesario en personas previamente sanas que no son susceptibles de desarrollar complicaciones. Es por ello que las personas que viven con VIH deben contactar con sus médicos a la mayor brevedad posible en caso de notar los síntomas típicos de la gripe: malestar general, fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, cansancio, congestión nasal, tos, dolor de garganta… También pueden aparecer síntomas digestivos, como vómitos o diarrea.
También es aconsejable que estas personas hablen con el médico en caso de contacto conocido con un enfermo de gripe A, dado que en sus circunstancias puede considerarse la oportunidad de iniciar un tratamiento profiláctico.
Más información sobre VIH y gripe A en la página web del Ministerio de Sanidad (pinchar sobre los enlaces).
Fuente: Dos Manzanas