Es imposible reírse mientras se hace el amor, no lo intentes

Cierto es que el sentido del humor posibilita las conquistas, es sin duda un consuelo para los que no somos precisamente, modelos. La relación va más allá de la conquista y así, podemos reírnos antes de hacer el amor, (es bueno siempre que no se te rían al quitarte la ropa y mostrarte… tal como eres), y también podemos reírnos tras haber hecho el amor (sigue siendo bueno mientras no se rían de tu pericia). Pero no se si habrás caído que uno no se carcajea durante, o lo que es lo mismo mientras hace el amor (más allá de todos los coqueteos y preliminares, o lo que es lo mismo durante el coito).

La razón es puramente fisiológica. El sistema nervioso posee dos subsistemas antagónicos, el simpático y el parasimpático. Ambos sistemas inervan todos los órganos y a modo de simplificación el primero activa y el segundo desactiva. O lo que es lo mismo, una tira hacia el sur y el otro al norte, siendo el resultado final el balance entre ambos.

La respuesta sexual, por su parte, hasta llegar al orgasmo pasa por diferentes fases como deseo, excitación, meseta y orgasmo.

¡A la batidora! (a ver que sale), resultado: durante el deseo entra el funcionamiento el sistema parasimpático, que se encarga, entre otras funciones, de producir la excitación masculina y la lubricación femenina. Tras este periodo (fase de deseo) gana la batalla el sistema simpático, que produce una tensión orgánica fuera de lo habitual (este es el sistema que se pone en funcionamiento ante situaciones muy estresantes), inhibiendo la sonrisa.

La conclusión es clara, aunque todos lo sabíamos, si se ríen durante…mala señal, señal de que no se está en lo que se ha de estar (y vete a saber de que se nos ríen), aunque de este peculiar fenómeno quizá no nos habíamos dado cuenta, y es que hacer el amor es algo muy serio


Fuente: ENEWSPAPER