Tal y como explica el diario El País, han pasado muchos años desde que un pequeño grupo de homosexales salió a las calles de Estambul para reclamar derechos. Concretamente han pasado 19 años desde ese hito histórico en Turquía. Un país que aunque ha cambiado mucho, todavía no tiene plenamente aceptada la homosexualidad.
Entre las clases medias de Estambul, la más occidentalizada de las ciudades turcas, la homosexualidad se ha ido abriendo camino de forma lenta, sobre todo gracias al turismo. Pero aún queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad en Estambul, pero sobre todo, en la Turquía interior, ante la falta de una legislación que regule y proteja los derechos LGBT. Unos derechos que son negados de forma reiterada en medios de comunicación, en el ejército, e incluso entre los miembros del Gobierno turco.
Como prueba de esta homofobia latente en la sociedad turca, hace dos años, en 2009, hubo 20 asesinatos homófobos, muchos de ellos considerados como crímenes de honor para limpiar el honor familiar por la homosexualidad de alguno de sus miembros. Y el conjunto de la sociedad turca aún ve a los homosexuales como un problema, al ser considerados como “corruptores de la moral”. Por eso, en este marco de intolerancia, muchos ven como un hito la celebración del primer festival de cine gay en Turquía.
El Pembe Hayat Queer Festival comenzó el pasado jueves en Ankara con la proyección de una película basada en un hecho real, el asesinato de Ahmet, un joven gay de 26 años que era activista LGBT del que ya hablamos en Ambiente G en el pasado 2008, y que fue asesinado por su propia familia para limpiar su honor.
Tras estudiar en Alemania, su familia le acosó y persiguió para casarle con una mujer, y tras internarlo en un psiquiátrico, le pegaron un tiro a la salida de un café en Estambul. Y por si os parece poco, su cuerpo debió permanecer en una morgue sin que nadie lo recogiera durante varios días ya que su familia no quería hacerse cargo del funeral del joven al que habían asesinado ellos mismos. Su pareja todavía no ha podido llevar a juicio a los asesinos de su novio.
Aún así, y a pesar de la hostilidad de parte de la sociedad turca contra la homosexualidad, el festival de cine gay es tolerado por el ayuntamiento de Ankara, la capital turca, gracias a que sus dirigentes son muy sensibles a la opinión pública europea. Pero el apoyo del ayuntamiento de la capital acaba ahí, con la tolerancia, ya que no prestan apoyo económico ni logístico, ante el miedo al castigo electoral de una sociedad que todavía cree que la homosexualidad es un atentado contra la moralidad y que podría cambiar su voto hacia opciones más conservadoras. Lo que se dice nadar y guardar la ropa, vamos.
Fuente: AmbienteG
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