
“Crecí en los años 60, con el ‘haz el amor y no la guerra’ y sé la importancia de elevar la vibración del planeta hacia el amor. Tener un orgasmo es gratis, sano y divertido. ¿Por qué no hacerlo por su familia y por un planeta lleno de paz?”, detalla la terapeuta Sinclair, quien se define a sí misma como una sacerdotisa de la paz.
Sugerencias
Lo más importante es enviar buenas vibras al mundo.
Cualquier lugar es bueno, para un coito por la paz, pero, subrayan, “lo ideal es preparar un espacio, tocar y bendecir el cuerpo con el que se va a compartir (o el propio, si se está solo), beber previamente algún líquido como agua o vino y pronunciar algunos mudras (mantras) para que la energía sexual se concentre”.
Sinclair y su colega el psicólogo Steve Schweitzer, invitan a todo el mundo a participar en el orgasmo global, pero especialmente a los países afectados por la guerra o la violencia.
También alientan la producción masiva de orgasmo en cualquier momento, aunque recomiendan concentrarlos en momentos como lunas llenas, lunas nuevas, solsticios y equinoccios.
Fuente: Frecuencia Gay