Minorías sexuales ecuatorianas esperan aceptación

Judith León apoyó la nueva Constitución para que las parejas homosexuales tengan acceso a la unión de hecho.

El matrimonio es la unión entre hombre y mujer, se fundará en el libre consentimiento de las personas contrayentes y en la igualdad de sus derechos, obligaciones y capacidad legal.

Los GLBTI consideran que la Constitución inicia la lucha contra el discrimen.

Salió a hurtadillas de su casa ayer por la mañana. Judith León, de 26 años de edad, no quería que su madre, con la que vive, supiera la hora a la que sufragaría. “Es que ella quería convencerme para que vote por el No. A ella no le cae bien el el presidente Correa”, reveló Judith, quien abiertamente se identifica como lesbiana.

Su orientación sexual pasó desapercibida en el Colegio San José La Salle, donde votó. Ella vistió una camisa negra y un jean. Lució recogido su cabello. Judith, una ex estudiante de la Espol, aspira, luego de la elección, a poder vivir con su novia con la que lleva una relación estable. Pero espera hacerlo cuando le alcance el dinero.

“Es una de las razones por las que voté por el Sí. Para mejorar mis ingresos necesito una mejor educación. La nueva Constitución me brinda esa oportunidad. Retomaré los estudios que dejé porque no me alcanzó el dinero”, asegura. Aunque, su objetivo de mejorar el sueldo que tiene como asesora de un call center es ayudar a su pareja, quien es madre de un niño. “Quiero que compremos bienes juntas y, si me pasa algo, que ella se quede con las cosas. Que goce de los beneficios que tiene cualquier familia”, reveló.

Así hizo referencia al artículo 68, de los derechos de libertad, en el que reza: “La unión estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial que formen un hogar de hecho, por el lapso y bajo las condiciones y circunstancias que señale la ley, generará los mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio”.

El mismo articulado motivó a Luis Banda, de 27 años de edad, a decidirse por dar su apoyo a la nueva Constitución, al votar en la parroquia Tarqui, en el Colegio Aguirre Abad.

Luis, que se identifica como homosexual, piensa que el texto beneficia a quienes, como él, tienen una relación con alguien del mismo sexo. “La unión de hecho es importante para mí. Ya llevo 8 años viviendo con mi pareja y es justo que tengamos los mismos derechos que otras familias. Y no me refiero a la adopción”, justifica.

Sin embargo, sus motivaciones van más allá de la formalización de su relación. La discriminación es otro factor que incidió en su voto. El último incidente por su preferencia sexual lo tuvo hace meses. El dueño del departamento que alquilaba le exigió que se vaya del inmueble luego de leer un reportaje en el que Luis declaró que era gay. “El dueño me dijo que él no tenía maricones en su casa”, recordó.

Y agregó que el artículo 11, literal 2, evitaría más atropellos como el que sufrió.

El texto indica: “Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socioeconómica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad, diferencia física; ni por cualquier otra distinción, personal o colectiva, temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. La ley sancionará toda forma de discriminación. El Estado adoptará medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real en favor de los titulares de derechos que se encuentren en situación de desigualdad”.

Quien no pasó desapercibida en el sufragio fue Briana Jijón Arce, de 25 años. La transexual, de larga cabellera negra y figura esbelta, captó la mirada de quienes acudieron a sufragar al colegio Federico González Suárez, del cantón Durán. Los que se retiraban de la parroquia detuvieron su marcha al ver a Briana. Las sonrisa burlescas no faltaron. “Es que ni nosotras tenemos su físico”, explicaron algunas de las señoras que reían.

Briana, quien podría ser confundida con una mujer, sobresalía en la fila de hombres. “No soporto esto todavía”, se quejaba ante las miradas maliciosas. Briana actualmente es la Miss Ecuador de las GLBTI.

Ella piensa que la nueva Carta Magna, no cambiará la situación de los trans radicalmente, pero cree que los artículos anteriormente citados dejan la puerta abierta para que se trabaje con los ciudadanos en temas que eviten la discriminación. “Espero que me acepten en la universidad en la que me han negado la matrícula por ser transexual”.