
Curiosamente, la constancia pública de dicha identidad es una medida que los californianos votaron en 1974.
Resulta significativo que tras ganar con su Proposición 8 que se discrimine a los gays, ahora se avergüencen de ello y no estén dispuestos a defender públicamente sus convicciones tal y como la ley de su estado les impone.
Ya nos gustaría a nosotros que la financiación de las campañas electorales en España fuera tan transparentes como en Estados Unidos.
Fuente: Ambiente G