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23 de enero de 2009

Los gays que se enamoran “a solas”

1 Comentarios
A pesar de que pasan los años, a muchos les sigue sucediendo: se enamoran de una persona que no les corresponde y por si fuera poco, ven en ellos una mina de oro sólo para divertirse. ¿Has vivido ilusionado con un chico que jamás te ha tomado en cuenta?

Lo que está en juego en el proceso de enamoramiento, que algunos explican con argumentos biológicos y químicos, es una atracción inusual hacia una persona que de repente se nos aparece en la vida.

La carne que lleva puesta nos parece atractiva; nos encanta lo que dice, cómo lo dice, y hasta perdonamos actitudes que odiamos en los demás. Y por supuesto, se empieza a gestar una ilusión con este nuevo personaje: nos imaginamos con él en la próxima navidad, creamos diálogos fantásticos que van desde la declaración de amor, hasta las peleas típicas de novios —que aunque llenan de drama las relaciones, nos encantan—; y ya nos vemos con el anillo puesto: casados.

El problema surge cuando nos ilusionamos sin haber recibido un feedback positivo de parte de nuestro enamorado. Como decían las abuelas, cuando “montamos antes de ensillar las bestias”.

Este síndrome, que a muchos afecta, y que arbitrariamente llamaré “enamorarse a solas”, termina jodiéndonos la vida, y nos lleva incluso a hacer reclamaciones fuera de lugar a una persona que nos encanta, que no conocemos lo suficiente, y que además, no ha dado la más mínima muestra de interés en establecer una relación de pareja con nosotros.

¿Quién no se ha “enamorado a solas”, o mejor, quién no se ha metido en videos de amor, sin haber consultado si quiera con el otro, si le interesa ser coprotagonista de esta película?

Para entender mejor el tema, basta revisar nuestro pasado escolar, allí nos enamorábamos de un compañero de clase o de un profesor, y el pobre no se daba ni por enterado.

Llenábamos cuadernos de poemas, le hacíamos regalitos, y escribíamos las iniciales de los nombres de los dos encerradas en un corazón atravesado por una flecha inclemente que lo atravesaba sin piedad.

Lo triste del caso, es que a pesar de que pasan los años, a muchos les sigue sucediendo: se enamoran de una persona y terminan invirtiendo tiempo, energía y dinero en relaciones que sólo existen en su imaginación, y que no se fundamentan en la realidad, sólo en el deseo.

Botan todos los perros, invitan aquí y allá, hacen presentaciones del fulano en sociedad, y terminan desilusionados.

Pero, ¿cómo saber cuándo estamos “enamorándonos a solas”? ¿Cómo diferenciar entre una apuesta que vale la pena, frente a otra que no pasa de ser una adulación constante al otro, que “no nos da ni la hora”?

De plano es importante felicitar a quienes tienen el talento de “echar los perros” sin vergüenza alguna, ese que llega, pregunta la hora, invita a un trago, y hasta pide fuego para prender un cigarrillo, como sucede en las películas. Otros menos arriesgados, vemos pasar galanes frente a nuestras narices, sin poder hacer nada por pena, o por complejo de mal conquistador.

Sea cual sea el caso, luego de hacer ese primer contacto ya podemos descubrir qué tan interesado está el otro: si el fulano responde con monosílabos, retírate; si el fulano te escucha, responde, pero jamás contrapregunta, retírate; o si el fulano responde, contrapregunta, pero finalmente siempre termina hablando de sí mismo, retírate. Es claro que por muy bello que te parezca, tiene un elevado espíritu de diva, o simplemente tú no le produces ni un mareo.

Es urgente desarrollar la capacidad para descubrir esas estrellas del firmamento, a quienes les encanta ser cortejados, sólo para subirse el ego y sentirse halagados. Esos que sonríen tímidamente y que luego de 100 palabras bonitas que le sueltas, no son capaces de ofrecerte ni medio piropo.

Eso en cuanto a la adulación, pero pasando a otro tema, el del tiempo invertido… Vale decir que es casi obvio que cuando tú eres el plan B, es porque ese o esa no están interesados. En palabras más crudas, debes estar atento para darte cuenta si el fulano sólo te llama para proponerte plan cuando no tienes nada qué hacer.

En estos casos, se llega incluso al sexo, sin embargo, el personaje sale corriendo de su casa justo después de que termina, sin darte muchas explicaciones: apareció un mejor plan a las dos de la madrugada, su mejor amigo lo necesita, o simplemente asegura que prefiere pasar la noche en su propia casa… Mentiroso, mentiroso.

¿Quién no sabe que un buen amante con prospecto de marido adoraría quedarse contigo después de una noche de pasión? Pero no, ese que no será tu marido, y que te usa como comodín, seguramente huirá de la escena, es decir, de la cama, tan pronto eyacule.

Y entrando en el espinoso tema del dinero, no hay cosa más evidente que “una marraniada”. Me refiero al pretendiente vampiro que cada vez que se encuentra contigo te desocupa la billetera.

De esos abundan, y si eres millonario y el dinero te sobra, ignora este aparte, pero si perteneces a la clase trabajadora, abre los ojos, y no inviertas en personajes que después de que los invitas a almorzar, los llevas al cine, y les pagas la entrada al antro, se desaparecen luego de hacer el ingreso al lugar o son incapaces de aparecerse con un chocolate en la siguiente cita. No se trata del famoso y discutido 50-50, podría ser 90-10, lo importante es que el fulano, no vaya siempre en coche.

En pocas palabras, abre bien los ojos y si alguien que llama su atención, y con quien te proyectarías como pareja, se dedica a recibir tus halagos sin manifestarte de vuelta el más mínimo interés, si te deja como última opción de diversión, y si además, empieza a considerarto cajero automático, es mejor que domines tu ilusión y te retires del juego.

No te “enamore a solas”, no te haga videos en su cabeza si no estás seguro de que hay una contraparte interesada en ti. Enamorarse es de dos, al resto déjalos pasar.


Fuente: Anodis


1 Comentarios:

  1. me pasó... y me pasa, le dije de todo, hasta me invente novios, y nada... le preste plata... q aun no me cancelo... se fue a vivir a otra ciudad y lo visito, jamas tuvimos sexo ni un beso siquiera, jamas llama, yo llamo. pienso en el. bueno se q soy un pelotudo, pienso q algun dia cambiara conmigo... pero no logro sacarlo de mi cabeza, no se, es fuerte lo q siento por el..

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