
El papa Benedicto XVI destituyó al obispo de Minas (Uruguay), Francisco Domingo Barbosa Da Silveira, quien denunció una extorsión que dejó al descubierto que mantenía relaciones homosexuales, informó ayer el Vaticano.
La destitución fue ordenada en base al artículo 401.2 del Código de Derecho Canónico, que autoriza el cese "por enfermedad u otras causas graves", precisa la oficina de prensa de la Santa Sede.
"El Santo Padre aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Minas presentada por monseñor Francisco Domingo Barbosa Da Silveira, en conformidad del artículo 401.2 del CDC", indicó el Vaticano en el comunicado.
Tras darse a conocer la noticia, la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) manifestó su "profundo dolor por el grave pecado" del obispo de Minas "que ha dañado a la Iglesia y de manera especial a la Diócesis de Minas", lamentó en un comunicado.
La semana pasada integrantes de la diócesis de Minas pidieron a Barbosa la renuncia tras conocerse que había mantenido relaciones homosexuales, después de que el propio obispo denunciara que era objeto de una extorsión. El religioso pidió perdón públicamente y contó que era víctima de una extorsión por parte de dos hombres que contrató a finales del pasado años para que realizaran obras en la sede del obispado.
El juez penal de Minas, Daniel Erserguer, procesó a los dos adultos con antecedentes penales que extorsionaban a Barbosa desde hacía varios meses con fotografías que dejaban al descubierto sus relaciones homosexuales.
Se trata de la primera vez en la historia de la Iglesia uruguaya que un obispo debe renunciar a su cargo por hechos relacionados con su vida privada.
Fuente: Universo Gay
Que sonriente sale la muñeca diabólica en la foto! Chuka le vamos a llamar!
ResponderEliminarA ver si yo entiendo la cosa. Resulta que para este señor que tan coquetuelo se nos viste es una causa grave o enfermedad (y dale!) que se mantengan relaciones homosexuales consentidas entre adultos. Aunque no parece preocuparle igual cuando son menores los que forman parte de la relación.
Y no le parece causa de ningún tipo de sanción el delito de chantaje, ya que sobre estos individuos y su manera de actuar no se molesta en manifestarse.
Por tanto parece que debemos concluir que está peor tener sexo consentido que extorsionar y chantajear. Bonitos valores y enseñanzas proporcionan!
Por otro lado lamento el trago que ha tenido que pasar el pobre obispo. Me parece repugnante el chantaje y la extorsión. Pero como posiblemente fuera de los que opinara que se deben recortar y limitar derechos a los homosexuales (aprovechandose de su situación privilegiada), puede haber obtenido lo que sembraba. Es lo que tiene la vida, que no es recomendable escupir hacia arriba, ni mear a contra viento.
Chuka, que bueno, jajaja
ResponderEliminarYo no lo llamaría "pobre obispo" sino redomado hipócrita. Cualquiera que accede a un cargo religioso (de la religión que fuere) se entera de las exigencias de su credo y, se supone, se compromete a cumplirlas. Si no puedes con el celibato, las jerarquías medievales o si eres gay, es hasta obtuso entrar a esos juegos dado que esa religión no lo acepta ¡es hasta masoquista entrar por esas puertas! Obligadamente tendrás que llevar una doble vida y eso si es triste, a menos que lo que busques sea un refugio para huir cómodamente de la asunción social de tu homosexualidad (siempre es más fácil esconderla bajo una sotana que de civil decirle al mundo que eres gay) y ser cura ¡y obispo más! te da un coto de poder personal, prestigio social (ya poco, pero hay quien les cree) y garantia de un cómodo trabajo bien remunerado.
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