Desde que se abrió un espacio para la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina (Attta) en el área de Derechos Humanos de la Municipalidad de Río Cuarto, el debate sobre la situación de estas minorías sexuales quedó abierto en la sociedad. Un paso adelante para estas personas es la ordenanza que crea un registro municipal voluntario de uniones civiles y que, pese a la oposición y los planteos de las iglesias Católica y Evangélica, será puesto en marcha, aunque con modificaciones.
Ahora se conoce que 20 personas tienen intención de presentar recursos de amparo para lograr que la Justicia acepte el nombre que ellas eligieron, acorde a su identidad de género. Diez de ellas reclaman, además, que les permitan someterse a una cirugía reconstructiva de genitales.
Eliana Alcaraz, representante local de Attta, admite que el trámite de "cambio de identidad y de género" implica estudios psicológicos y una batalla jurídica, pero ella misma, como transexual, está dispuesta a iniciarlo. Han pedido asesoramiento a la Comunidad Homosexual Argentina y a especialistas locales.
"Yo soy mujer de toda la vida. Hace años que quiero tener mi cambio de sexo, nunca tuve medios, hay gente que ha recurrido a Chile, pero no sirve de nada porque aunque operados, en Argentina siguen con documento de hombre. Hay que conseguir autorización judicial para tener papeles", resume.
Eliana relata que a los 12 años se fue de su hogar, en Vicuña Mackenna, "porque no soportaba vivir disfrazada de hombre". Dice que ahí fue cuando tomó "la decisión más difícil y triste" de su vida: prostituirse para sobrevivir en Buenos Aires. "Mi mamá se enteró de que yo era travesti porque tuvo que ir a retirarme a una comisaría en Capital Federal y había fotos mías vestida de mujer. Nunca le había dicho nada, pero ella en el fondo lo sabía".
Hoy, Eliana ansía tener un documento que la reconozca como "mujer". "Necesito que desaparezca ese nombre de varón; el ‘finadito’ le digo yo", confía.
"Es muy importante el derecho a la identidad. Tengo una compañera ‘trans’ que quiere operarse porque está toda llagada en las mamas, por andar fajada. Es mucho el sufrimiento", expresa.
Desde el área de Salud de la Comunidad Homosexual Argentina se explica que las personas cuya identidad de género no coincide con su fenotipo genital se autodenominan transexuales ("mujeres nacidas varones") o transgénero ("varones nacidos mujeres"). Ambos grupos mantienen una marcada insatisfacción por sus caracteres sexuales primarios y secundarios. Y por eso buscan "adaptarlos ".
Para la CHA, los diagnósticos de disforia de género o trastorno de la identidad sexual sólo pueden aceptarse como "estrategias" para conseguir la autorización para operarse, pero "considerar a la identidad de género como un trastorno mental afecta a la dignidad de las personas".
Mariela y Nati. Entre la cantidad de casos de reasignación sexual que hubo en el país, el más famoso fue el de Mariela Muñoz, transexual que en 1993 reclamó por su derecho a continuar con la crianza de varios niños que le habían encomendado, logró un DNI femenino y el cambio de nombre y de género en su partida de nacimiento. Finalmente, crió 17 hijos. Tiene 32 nietos y un bisnieto. Hoy, Mariela milita en política: este año fue candidata a legisladora del Partido Renovador bonaerense.
En Córdoba se dio el caso de Nati, de Villa Dolores, la primera persona menor de edad autorizada a realizarse una cirugía de adecuación sexual en el país. En septiembre de 2007, luego de un proceso judicial de casi tres años, un Comité de Bioética del Poder Judicial de Córdoba recomendó la cirugía de adecuación sexual, la confección de un nuevo DNI y el seguimiento médico de la joven, hasta que cumpla los 21 años.
.png "English"){kind=small}
