Cómo pasear con tu novi@ sin que te “agredan”

Todos, en algún momento, hemos sentido que si tenemos pareja y vivimos esa relación fuera del clóset, seremos recriminados y hasta golpeados por quienes nos rodean. ¿Qué hacer en situaciones así? Estos son dos casos que seguro has vivido.

¿Cuántas veces no has quedado de verte con tu galán o galana en turno? La escena es esta: se ven de bajo del reloj en el andén de algún Metro, luego se saludan de beso en la boca y rematan con un abrazo apretado.

Cuando te oprime las costillas, sientes que él o ella te eleva al cielo, pero ¿qué pasa cuando volvemos a poner los tenis en el piso y nos damos cuenta de que estamos rodeados de señoras, niños y chacales que nos están mirando?

Todos, en algún momento, hemos sentido que si tenemos una pareja y vivimos esa relación con libertad, fuera del clóset, seremos abucheados, recriminados y hasta golpeados por quienes nos rodean; sobre todo cuando acabamos de asumirnos como gays o lesbianas, cuando empezamos una relación con una persona distinta o inclusive, cuando tenemos mucho tiempo sin salir con alguien.

Es más útil mantener la calma que precipitarse. No todas las miradas tienen el objetivo de prevenirte de un puñetazo o un insulto; no porque te vean te están “barriendo” ni te quieren ofender.

Recuerda que siempre que vemos algo nuevo y distinto a lo que no estamos acostumbrados, nos llama la atención, nos causa curiosidad y no podemos evitar mirarlo.

Tómalo de quien viene. Relájate, tú y tu pareja en su rollo y los demás en el suyo. Eso sí: no te beses con tu novi@ para retar al señor con cara de mocho que tienes al lado, porque tú, aunque parezca que sólo te defiendes, lo estás agrediendo.

Al contrario, trata de estar con tu pareja de la manera más natural para que compruebes que no estás afectando a nadie.


Mordida al poli

Una vez superado el tenso momento en el andén abordan el vagón, se bajan en la clásica Zona Rosa —tal vez para comer o tomar un café— y ya en la glorieta caminan por las calles de Génova y Amberes. Llegan a Reforma y finalmente, se sientan muy románticos en la banquita más pintoresca.

Se sientan de frente y cuando el romance (o las hormonas) estén en su punto, te plantan el beso más apasionado que puedas imaginar. El amor está que se desparrama y ni cuenta se dan que actúan como hipnotizados.

¿Pero qué pasa si después de un beso sigue otro, y otro, y otro…? Obvio que empezarán a llamar la atención de la gente y desde luego, de los policías que merodean la zona con sus vehículos tipo “supersónico”.

Finalmente, como el lobo a su presa, se les acercan y vociferan con un acento exótico: “No pueden estar aquí jóvenes, esto es la vía pública, me los tengo que llevar a la delegación”.

En ese momento seguro se te sale el alma del cuerpo y piensas: “¿Ahora qué voy a hacer? Si me lleva a la delegación, voy a tener que hablar a mi casa y ¡qué explicación voy a dar cuando les digan que me encontraron cometiendo ‘faltas a la moral’ con mi amorcito!”.
Claro, decides darle al poli todo el dinero que llevas y hasta le pides a tu acompañante que te a complete para la mordida. Se quedan sin dinero, ya no tienen para comer, para el café, el cine, ni para regresar a casa. Están asustados, tristes y con mucha frustración.

Esto no hubiera pasado si tuviéramos un círculo de apoyo, amigos o algún pariente mayor de edad a quién llamar si fuera necesario.

Revisa las leyes. Tú, así como yo, tienes derechos. Si te pasa, pregunta por qué te quieren llevar a la delegación y bajo el fundamento de qué artículo o de qué ley. No hay ninguno en la Constitución que penalice la expresión de los afectos en la vía pública.

En el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su párrafo tercero, se prohíbe la discriminación. De ahí se desprende la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la discriminación. A partir de ésta se crea la Comisión Nacional para prevenir la discriminación (CONAPRED).

En el DF no te pueden arrestar por faltas a la moral. A partir de 1999 se derogó ese apartado en la entonces Ley de Justicia Jurídica. En varios municipios también lo han eliminado de sus “Bandos de Policía y Buen Gobierno” que, así como la actual Ley de de Cultura Cívica en el DF, norman el comportamiento cívico.

El Código Penal del Distrito Federal, Publicado en la Gaceta Oficial del DF el 16 de julio de 2002, establece en su artículo 206:

Se impondrán de uno a tres años de prisión y de cincuenta a doscientos días multa al que, por razón de edad, sexo, embarazo, estado civil, raza, procedencia étnica, idioma, religión, ideología, orientación sexual, color de piel, nacionalidad, origen o posición social, trabajo o profesión, posición económica, características físicas, discapacidad o estado de salud:

I. Provoque o incite al odio o a la violencia;
II. Veje o excluya a alguna persona o grupo de personas, e incluso abarca la situación laboral y señala que “este delito se perseguirá por querella.

Existe una cartilla de los Derechos sexuales y Reproductivos de los y las Jóvenes. Este documento está basado en la Constitución y en los tratados que ha ratificado el Gobierno mexicano.

No te dejes, recuerda que vales lo mismo que cualquier persona heterosexual, sólo es cuestión de que hagas valer tus derechos. Empodérate. La seguridad más grande que puedes recibir es la que adquieres cuando estás seguro de ti mismo.



Fuente: Anodis