Hola, Bienvenido a OPEN YOUR MIND!



Si tienes alguna duda, mandame un mail!

¡Suscríbete a OPEN YOUR MIND!

Recibe en tu correo las últimas noticias del site. Sólo ingresa tu correo para suscribirte.

29 de febrero de 2012

Súperparejas

0 Comentarios
Hay determinadas personas que tratan de convencerte de que lo suyo sí que es amor del bueno y de que su relación de pareja es lo más de lo más mientras que lo que tú tienes es un noviete de segunda, una pareja de serie B. “Mi relación es mejor que la tuya, majo, y no hay más que hablar”.

Jo, tía, ¿qué te pasa? Tienes malísima cara. Estás horrorosa, en serio.

Nada. Es que ayer me peleé con el Kevin.

Oh, ¿de verdad? Siento mucho que no os vaya bien. Yo con el Jonatan nunca discuto. Nunca jamás. Llevamos doce años, tres meses, seis días y quince horas juntos y no nos hemos peleado nunca, nunca, nunca. En serio, es una pena que lo vuestro no funcione. Simplemente, hay parejas, como la mía, que se quieren de verdad, que sienten amor del bueno, y otras como la tuya, que van fatal y no tienen ningún tipo de futuro. Es terrible, infelices para siempre, ya sabes. Es que no puedo ni imaginármelo. Yo peleándome con el Jonatan, qué tontería. Si vosotros os quisiérais como nosotros sería distinto. Te lo digo de buen rollo y eso. Oye, tía ¿a dónde vas? Uy, ¿y qué vas a hacer con ese bate de béisbol...?

Que la gente es más tonta que una canción de King África es algo que a estas alturas no debería sorprendernos. Al parecer, el ser humano, ese cacho de carne con ojos que se cree especial y que tiene la firme convicción de que el universo habita en sus braguitas, se mueve a través de jerarquías. Siempre hubo clases, como se suele decir: yo soy más que tú, lo mío es más mejor, a mí me va que te cagas y a ti no, la mía es más grande, yo la chupo mejor... Esto se consiguecuestionando lo que son o tienen los demás en favor de lo que somos o tenemos nosotros; las relaciones de pareja no son ninguna excepción.

Por ejemplo, pongamos por caso que alguien, que puede ser una amiga, una vecina o una compañera del trabajo de stripper de los martes, te llega un día y, como en el diálogo descrito ahí arriba, se empeña en recalcar que su relación de pareja es infinitamente mejor que la tuya. Que su relación es ideal de la muerte, divina del coño, lo más de lo más de lo más y que, por supuesto, la tuya es poco menos que una mierda pinchada en un palo que apenas puede ponerse al lado de semejante noviazgo perfecto, maravilloso, fantástico y de película. ¿Qué, tú tampoco sabías que había una competición de novios? Pues al parecer todos los años se entrega un premio a la Mejor Superpareja (debe ser tras la entrega del Nobel al más memo o algo) y se coloca una banda a los novios más chupiguays y más enamorados y un par de coronas con forma de corazón. No, el paquete de neuronas nuevas no lo regalan, y mira que es una pena, con la falta que hace...

¿Pero qué es lo que pasa por la mente de esas personas que intentan demostrarnos que sus relaciones son mejores que las nuestras? Pues es muy sencillo, ellos piensan: “Mi relación de pareja es mejor que la tuya porque...

-Porque nosotros nunca nos peleamos. Es que nos queremos tanto y tenemos tanto en común, que no podemos enfadarnos. Además, no sabemos discutir y a la tercera frase ya nos estamos diciendo que nos queremos y nos estamos dando besitos de tortolitos; y entonces nos tiramos por un arco iris, nos reunimos con una manada de unicornios, nos regalan una tarta de nata y nos salen corazones del ojete. No como tú, que eres maligno y destructivo, un intransigente que se pasa el día discutiendo con tu novio. Y es que, según parece, ellos, como se quieren mucho, siempre están de acuerdo en todo. ¿Pero es que estamos tontos? ¿Cómo vas a estar tu novio de acuerdo contigo en absolutamente todo, con la de tonterías que se le ocurren a un ser humano normal al cabo del día? Eso solo podría suceder si tu novio fuera un pusilánime de agárrate y no te menees o si le hubieran practicado una lobotomía (ergo si fuera más simple que el mecanismo de un yoyó).

-Porque en cuanto nos conocimos no tuvimos dudas de ningún tipo: supimos que estábamos hechos el uno para el otro. Y, claro, tú no, tú estuviste un mes conociendo al que ahora es tu novio y no estuviste medio seguro de querer estar con él hasta que no te lo cepillaste por vigésimotercera vez y porque hiciste una encuesta a tus 345 amigos de Facebook para que te ayudaran a saber si te gustaba. Lo nuestro, en cambio fue amor a primera vista, nos miramos y nos enamoramos y nunca, en ningún momento, ni en sueños, en todos estos años se nos ha ocurrido imaginarnos con otras personas o dudar de lo supernovios que somos y lo que nos superqueremos. Puede que tu amiga diga esto porque se acaba de escapar de una ridícula película cursi yanqui, pero los individuos normales que compran en el Mercadona tienen dudas y miedo y a veces les dan ganas de echar a correr y no parar hasta toparse con un letrero que diga Kentucky. Y se imaginan cepillándose a algún actor porno o a varios seis veces al día.

-Porque nosotros tenemos un sexo maravilloso. Lo hacemos en la bañera, con espuma olorosa y velitas rojas alrededor y mientras suena música sensual, o en la cama, llena de pétalos de rosa y con sábanas de seda doradas. Eso es porque estamos muy enamorados y nos va genial, ¿sabes?. No como tú, que algunas veces echas casquetes normalitos, sin demasiadas pretensiones, en el sofá de casa mientras dan los anuncios en la tele antes de que empiece Pekin Express. Y es que además, ellos siempre, todo el tiempo, en cualquier circunstancia, hacen el amor, mientras tú follas en plan sórdido. Y siempre tienen ganas, nunca tienen un mal día, de esos que llegas a casa hastarcoño del universo y no te apetece que te toquen ni con un puntero láser. No, ellos no. Es que ellos se quieren de verdad, tócate los huevos, Mariloli.

-Porque nosotros nunca hemos estado tan enamorados de nadie antes. Nunca. Jamás. No como tú, que has visitado más camas que nadie, que Lo Mónaco te va a dar trabajo fijo. Y es que a muchas parejas les ocurre con frecuencia que se olvidan de que antes de estar con sus novios actuales han estado con otros novios y que cuando estaban con ellos hablaban las mismas gilipollec... maravillas que hablan ahora. No, no, pero yo antes no estaba enamorado, lo de antes eran solo rollos. Claro que sí, mujé, lo de aquel tío al que le pediste matrimonio en un restaurante de los caros y los siete meses que te pasaste llorando con una depresión de elefante porque te dijo que no fue cosa de una noche, nada del otro mundo.

-Porque lo hacemos todo juntos. Todo. Nunca nos separamos. Ni para ir al baño. Él me da la mano cuando me siento en la taza. Somos así. No como tú, que pretendes tener vida aparte y que sales por ahí con tus amigos cuando tu novio no está. ¿Qué clase de furcia eres? Normal que te vaya mal con él. ¿Dependencia? ¿Eso no era una ley que ahora ya no va a valer para nada?

Total, que yo recomiendo que a estas personas es mejor no hacerles mucho caso y seguirles la corriente como si nada. Entre otras cosas porque demostrar que lo tuyo es mejor que lo de los demás es un coñazo: todo el día ahí, aparentando, con lo a gustico que se está relajado. Es mejor no entrar en esas chorradas... Pero sobre todo porque, al final, quien más habla y presume es quién más tiene que callar... 




Fuente: Universo Gay

Gracias por leer la nota, ahora puedes hacerme una pregunta, o simplemente dejar tu comentario a cerca de la nota.
Tu comentario es importante.
Muchas gracias y hasta pronto.