
¿Qué pasa cuando conoces a alguien y ya tienes más de 40 años o llevas alrededor de dos décadas de citas, novios, divorcios, fracasos? ¿Te abres igual al amor o sientes que la persona que conoces te “evalúa” como si estuvieras buscando un trabajo? ¿En el fondo, también uno hace lo mismo? Ya hay cosas que sabemos que no estamos dispuesto a tolerar, pero nos sorprende que la otra persona, que también carga sobre sus hombros dos décadas de historias, se comporte igual, como en el fondo nos comportamos nosotros.
Empezamos a entender, aunque a algunos les parece patético, aquellos que con más de 45 años, les encantan los jóvenes de menos de 25, no solo por la tersura de su piel, sino por el hecho de que quizás no traen todas esas taras, o tal vez sea porque siempre cuando hay mas edad, existe generalmente un dominio psicológico y económico.
Por otro lado, también te alegras de no estar en una relación donde ya no queda nada por descubrir. Un sitio, a la que como cualquier página de internet a la que se le han abierto todos sus link, se le acabó el misterio. Para colmo, te sorprendes encima de todas “las evaluaciones”, analizando a cada momento si llamas o mandas un mensaje de texto, qué pones en el texto, cuánto tardas en responderlo… ¡Cuánta energía! ¡Cuántos supuestos y malos entendidos quizás escondiendo un miedo a otro fracaso!
Así las cosas, a veces pensábamos que después de los 40, toda la experiencia previa en el amor, ayuda; pero parece que no, probable en eso radica su misterio, y, cual página web llena de links, habrá que seguir abriéndolos. ¿Y tú, al menos estás conectado?
Fuente: OcioGay