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27 de abril de 2012

“Muchos de los grandes artistas son homosexuales”

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Mariposas multicolores en un local de artesanos del barrio Dominicos, de Santiago de Chile; Foto: Alejandro Viedma

Martín Dutelli, un ya frecuente colaborador de Boquitas pintadas, vuelve sobre el tema de la sensibilidad gay que había abordado en el post “No me llames Gay, llámame Suave”. Allí invitaba a cambiar un término por otro porque -decía- los homosexuales tienen una “sensibilidad especial”, son “suaves” más que alegres (una de las traducciones de “gay”).

Ahora se refiere al mundo de los artistas gays, que, con maestría, convierten esa sensibilidad en belleza y logran así, salvarse de la discriminación y la locura. Dice Martín: “Nos terminamos abocando al arte para no morir, para poder volcar todo el caudal de locura y delirio que nos ocasiona u ocasionaba la discriminación y el castigo”. Y agrega: “Nos hacemos visibles, lo cual es un riesgo y una valentía de muchos”.

Sensibilidades a flor de piel

por Martín Dutelli

Muchos artistas, personas sensibles que se dedican a la pintura, escultura, canto y otras ramas del arte son homosexuales. Recuerdo un libro que mi viejo trajo de algún país vecino que se llamaba “Homosexuales en la historia” y, en la portada, aparecía una imagen de Caravaggio.

La sensibilidad no es una facultad exclusiva de la gente gay, pero la historia nos ha mostrado que muchos sí lo son: sensibles al arte, personas sensibles expresándose en el arte.

Y no sólo la historia nos lo transmite: si nosotros nos posicionamos en nuestros días y observamos a quienes tenemos cerca y no tan cerca nos damos cuenta de que muchos de los artistas son gays. Y son grandes en lo que hacen.

¿Cuántos chicos hay que estudian teatro? ¿Cuántos son cantantes? ¿Cuántos artistas plásticos pululan por allí?



Arte callejero en el barrio Bella Vista, de Santiago de Chile; Foto: Alejandro Viedma


Tuvimos un Fernando Peña que nos sorprendió con todos sus personajes y que repetía hasta el cansancio que le encantaba que le gritaran “puto lindo”. Tenemos a un Tortonese que tiene el descaro de permitirse lo grotesco y lo hace muy bien. Hay demasiados exponentes en lo artístico. Muchos de ellos mantienen el silencio, o sea, no salen del clóset. Y, según creo, no tienen porqué salir.

Es decir, no es una condición obligatoria saber las inclinaciones sexuales de los demás. Pero sí, cuando uno se declara gay frente al público, puede ayudar a otros que los admiran a aceptarse. Ayudan en la lucha diaria contra la homofobia. Acompañan sobre todo a adolescentes a que el calvario cotidiano que sufren por el bullying sea menos tormentoso. Es bueno que podamos hablar desde lo artístico y hacernos eco en las bocas de todos, para que algún día no haya más violencia de ningún tipo hacia las personas por su sexualidad. ¿Alguna vez pensaste porqué razón se nos persigue o se nos discrimina?

***

Volviendo a los artistas, muchos en la historia han tenido que pasar penares o han sido castigados por su orientación homosexual. Los “poetas malditos” como Rimbaud, Verlaine, Boudelaire, por nombrar algunos.

Ellos nos abrieron el camino. Tuvieron que exponerse para que hoy no seamos más la palabra prohibida, el pecado nefando, aunque la cúpula eclesiástica siga cargando sus tintas contra nosotros…




Imagen de Boy George; Museo Gabriela Mistral de Santiago de Chile, muestra de Alberto Montt y Francisco Javier Olea; Foto: Alejandro Viedma

En los ’80, Boy George cantaba travestido: “¿Realmente quieres herirme, realmente quieres hacerme llorar?”

En la última película de Almodóvar aparece escrito en la pared “el arte es garantía de salud”. Lo que pienso es que nos terminamos abocando al arte para no morir, para poder volcar todo el caudal de locura y delirio que nos ocasiona u ocasionaba la discriminación y el castigo. Nos hacemos visibles, lo cual es un riesgo y una valentía de muchos.

Considero que en épocas pasadas teníamos tan pocos derechos (ninguno diría yo), y eso le daba lugar al auto castigo, a auto flagelarse. Los gays de otras épocas, al ser discriminados, cargaban con una valija difícil de llevar. Muchos han hecho, de esas valijas pesadas, arte.

Escultura en el ingreso al Museo de Bellas Artes en Santiago de Chile; Foto: Alejandro Viedma

Pero vuelvo a decir que el arte no es sinónimo de homosexualidad. Lo que sí es una herramienta fundamental para no volvernos tan locos e infelices. Es sacar afuera todo lo que nos angustia y lastima, es crear primaveras; muchos dicen que las obras de arte son como hijos.

En definitiva, amar la vida a través del arte es ponerle condimento y sabor al mundo propio para que se refleje en todo el mundo.

¡Que resista el arte!


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