
“En el primario, ya en tercer grado, tenía mi expresión de género y sufría mucho por parte de mis compañeros. Me perseguían, me insultaban”, relata Guillermina. “Maricón, puto, trolo” eran las típicas palabras agresivas que escuchaba.
Ella recuerda uno de los peores momentos que le tocó vivir: “En el primario tenía un compañero que me tiraba en el cesto de la basura y me decía: ‘Ahí es donde vos tenés que estar, donde todos los raros como vos tienen que ir a parar, a la basura’. Los demás se reían, se burlaban”.
Guillermina es una chica trans de las que se acercó el viernes pasado al Congreso donde el diputado nacional por el Frente Amplio Progresista (FAP) Roy Cortina, junto a la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt) presentó una iniciativa para prevenir las situaciones de acoso escolar y asegurar la implementación de políticas públicas que garanticen el ingreso y la permanencia del colectivo LGBT en el sistema educativo.
Cuenta Guillermina a Boquitas pintadas que ir a la escuela era un pesar. “No quería saber más nada. De hecho en el 8° año del Polimodal deserté. Con decirte que no conocí el baño del colegio en todos esos años”. Lo que ocurría es que no le permitían integrarse ya que se sentía excluida de todos los grupos de compañeros: con los chicos no, con las chicas tampoco; los más grandes la perseguían.
“Dije basta una vez que un preceptor del secundario me enfrentó delante de todos y me dijo que me comportara como un hombre. Le dije de todo defendiéndome, le pedí que no se metiera en mi vida privada pero después no volví más”, relata. En todos los años en los que permaneció en el sistema educativo, pese a que la ley lo prevé, Guillermina ni sus compañeros recibieron clases de educación sexual, una instancia de reflexión perdida en ese espacio.

Belén Prieto, miembro de Prisma, Asociación Civil por la Diversidad; diputado nacional Roy Cortina; María Belén Correa, activista; diputado por el FpV Hernán Avoscán; Foto: Gabriela Waisman
Como ella, muchos niños y jóvenes sufren el hostigamiento dentro de la escuela por su condición sexual y por otros motivos como religión, raza, obesidad, migrantes, etc. Esta vez, el proyecto está vinculado a la discriminación que por orientación sexual e identidad de género, “un drama cada vez más visible en la comunidad educativa”, según Cortina.
Está comprobado que los niños discriminados por orientación sexual son cuatro veces más proclives a suicidarse. De cada 10 jóvenes gays, 9 han sido discriminados y acosados en el período de educación.
“Esta ley propone acciones positivas y de políticas públicas, porque en muchas provincias no se está poniendo en práctica la ley de educación integral, hay resistencia incluso en algunos colegios de la Ciudad de Buenos Aires”, informa. Y sostiene: “Hay que educar en la educación, dar capacitación integral desde los cuerpos directivos a los maestros en materia de diversidad sexual”.
Además, apunta a que la universidad -laboratorio de ideas de un país- no segua ajena a este tema. “Debe incorporar la perspectiva de identidad de género y tiene que colaborar con cátedras que aborden este tema. Si no, el Congreso legisla leyes que después las demás instituciones no cumplen”.
Fuente: Boquitas Pintadas















